Un cubano que el lunes pasado sufrió una grave mordedura de tiburón mientras pescaba con sus hijos en los Cayos de Florida, se recupera satisfactoriamente, aunque sigue ingresado en un hospital de Miami.
José Ángel Abreu, de 37 años y residente en Opa-locka, mostró las heridas que le infligió el escualo en el lado derecho del pecho y la pierna y el brazo izquierdos.
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Desde el Jackson Memorial South, donde deberá seguir por más tiempo, relató a Local 10 que realizaba pesca submarina con un amigo que fue quien lo ayudó. Ambos se dirigían ya hacia el bote, cuando el tiburón los siguió.
"No tienes tiempo para sentir nada, todo va demasiado rápido", dijo.
A pesar del dolor que sentía, Abreu tuvo el aplomo de calmar a sus angustiados niños.
"Mis hijos me decían: 'Papá, no te mueras, no te mueras'. Y yo les digo que no se preocupen", detalló.
El cubano estaba pescando con arpón en un arrecife de la costa de Key West cuando fue atacado el lunes por la tarde. Fue sacado a la orilla en Stock Island, poco después, y trasladado en helicóptero por vía aérea al hospital.
No perdió nunca el conocimiento, ni mientras el barco volvía al puerto deportivo, ni cuando se lo llevaron en un helicóptero médico.
"Probablemente estoy aquí por mi amigo. Él me salvó la vida", subrayó.
En declaraciones a Telemundo 51, subrayó emocionado que pensó que iba a morir y que lo único que pudo hacer fue aguantarle la boca al animal.
"Me dije, bueno, ya, me voy a morir. Lo que me falta es coger, aguantarlo y hacerle fuerza, toda la fuerza que yo pueda, porque ya…", relató.
"Eso fue en un segundo, vino el tiburón encima para arriba de mí, con la boca abierta. Lo único que yo pude fue aguantarle la boca. No me acuerdo si fue con esta mano o con esta, lo que sea, que le aguanté la boca y me venía así por aquí, con la boca aquí", detalló mientras mostraba los lugares del cuerpo donde el escualo lo mordió.
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