En un contexto de dificultades económicas y apagones en Cuba, el reciente viaje del gobernante Miguel Díaz-Canel a Rusia provocó un aluvión de comentarios críticos por parte de los cubanos.
La pregunta planteada por CiberCuba a los usuarios de redes sociales fue clara: "¿Qué opinas del reciente viaje de Miguel Díaz-Canel a Rusia y su encuentro con Vladimir Putin?".
Las respuestas reflejan una mezcla de indignación y resignación. Uno expresó su frustración diciendo: "Muy diplomático él y el pueblo se hunde cada día más en la miseria y desesperación. La verdad que como presidente no hay nada que agradecerle, pero él si tiene mucho que agradecer pues conoce el mundo entero".
Otro usuario, comentó con dureza: "Otra forma más de pasear y no resolver ningún problema de los que verdaderamente afectan al pueblo cubano".
Un comentario de U.P. destacó la percepción de indiferencia del gobierno: "Una muestra más de lo desvergonzado de ese gobierno que no le importa para nada el sufrimiento del pueblo. Sólo quieren sostenerse ellos en el poder a costa de lo que sea".
E.A. criticó la aparente desconexión de los líderes cubanos con la realidad del país: "Eso es para que el pueblo vea que ellos sí pueden darse la vida de lujos y paseos. Y el pueblo callado y amenazado. Y así seguirán".
S.P. sugirió una mejor utilización de los recursos usados en viajes: "Yo opino que con lo que gasta en viajes se pueden resolver unos créditos para que los campesinos hagan producir la tierra que falta que hace hoy con tanta tecnología no es necesario viajar tanto y menos con las necesidades que tiene el pueblo".
Entre las múltiples voces críticas, se encuentran también comentarios sarcásticos sobre los beneficios de tales viajes, contrastando con la severa realidad cubana. Al final del día, estos comentarios destacan una desconexión palpable entre las prioridades del régimen y las necesidades cotidianas de los cubanos.
Este cúmulo de voces críticas subraya un creciente descontento entre los ciudadanos respecto a la gestión de un gobierno preocupado por mantenerse en el poder: un régimen desorientado, incapaz y lastrado por su pasado, que pretende a toda costa mantener el statu quo.
Mientras Díaz-Canel y su esposa Lis Cuesta viajan, muchos cubanos se quedan atrás enfrentando una realidad marcada por la escasez y el desespero. Las palabras de estos ciudadanos, cargadas de críticas y sarcasmo, son un claro indicador del hartazgo de los ciudadanos y de su llamado a un cambio de rumbo que sitúe las prioridades de la población en el centro de la acción de gobierno.
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