Una pareja canadiense, en cuya memoria estaban unas vacaciones idílicas disfrutadas 30 años atrás en Cuba, pensó rememorar el recuerdo en el popular balneario de Varadero, en compañía de sus hijos, pero el estado deplorable del hotel les hizo vivir una verdadera pesadilla.
Michele y Jessy Revivo, quienes residen en Thornhill, Ontario, llevaron a cabo una exhaustiva investigación de varios destinos antes de decidirse por el complejo Meliá Marina.
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La elección se debió a su interés en los barcos, y el complejo, que cuenta con casi 4.5 estrellas en Internet, les atrajo significativamente, reportó City News Everywhere.
Esta familia, que no disfrutaba unas vacaciones desde la pandemia global de la COVID-19, realizó su reserva a través de la compañía de viajes Transat vacations. Se registró en el hotel el día 2 de enero, a las 10 de la noche.
"El vestíbulo estaba bien, un poco anticuado pero bonito; más allá de eso, era deplorable" contó Jessy. "Era como la Dimensión Desconocida", dijo en alusión a la famosa serie de televisión estadounidense de igual nombre.
"Los pasillos estaban a oscuras; si tenían luz, parpadeaba. Tuvimos que usar las linternas de nuestros móviles para encontrar nuestra habitación", contó Michele.
"Había colillas por todas partes, manchas en las paredes. Llegados a este punto, nos dijimos: ‘lleguemos a la habitación y todo irá mejor’", dijo este canadiense quien estaba muy decepcionado de la instalación hotelera del principal polo turístico de Cuba.
Para completar el lamentable panorama, de camino al cuarto encontraron los elevadores fuera de servicio.
Además, la descripción que hizo la pareja de la habitación, evidenciaba el total deterioro de la instalación y la desidia de los encargados: manchas de sangre en las sábanas, suciedad por doquier y un retrete que no funcionaba.
La familia decidió explorar el complejo con la esperanza de encontrar algo de la promoción que los sedujo.
“Me pasé la siguiente media hora recorriendo el complejo y haciendo fotos. Había azulejos rotos en el techo, pasillos oscuros y manchas en las paredes y las puertas, todo decrépito y cayéndose a pedazos. Todo sucio", dice Jessy. "En ese momento, dijimos, ‘¿sabes qué? Tenemos que salir de aquí’”.
Al filo de la medianoche, apenas dos horas después de llegar al Meliá Marina, empezaron a llamar a todas las instalaciones turísticas de la zona, dispuestos a pagar lo que fuera para alojarse en otro sitio.
Frustrados, porque no había habitaciones libres, tuvieron que pasar la noche ahí.
La encargada del hotel no pudo ayudarles, explicaron: "Nos dijo que teníamos que tratar con un representante de Transat que llegaría a las 10 de la mañana del día siguiente", explica Michele. "Esperamos hasta las cuatro de la tarde y nunca apareció".
A la familia se le ofreció entonces una estancia en un complejo hermano cercano, pero antes se les obligó a firmar un documento donde se especificaba que no podían iniciar ningún tipo de solicitud de compensación por trasladarse a otro hotel.
La nueva instalación, según sus propias palabras, estaba mejor pero también tenía problemas: "No había agua corriente ni papel higiénico en la zona de baños públicos. No teníamos papel higiénico", contó Michele.
La empresa Transat, al saber de la lamentable situación vivida en Cuba, les ofreció solo 150 dólares. La pareja gastó casi 7,000 dólares en reservar su viaje, según el medio City News Everywhere.
De regreso a Canadá, los Revivo consideraron que sus vacaciones habían sido robadas, por lo que contactaron a la empresa Transat vacations.
Contaron que un portavoz admitió que la estancia en el Meliá Marina había sido “indudablemente desagradable”.
La empresa consideró que algunas de las fotos tomadas por la familia, en las que se documentaban pasillos, techos y puertas deficientes, eran "de zonas cerradas del hotel", afirmación que la familia Revivos negó, reportó City News Everywhere.
Las desafortunadas vacaciones de esta familia en Varadero, llenas de malestares, no es un hecho aislado en el panorama cubano, cada vez más afectado por la llegada de turistas a la isla.
Este polo, uno de los destinos preferidos por los turistas canadienses que visitan a Cuba, posee una infraestructura deficiente, con problemas que habitualmente denuncian los que llegan a este sitio.
En febrero, un turista describió la comida del Hotel Kawama como “las escenas de prisiones que muestran la hora de cenar en países del tercer mundo”, y sobre la falta de limpieza e higiene en las habitaciones añadió: “Vi enormes ronchas rojas en las piernas de algunas mujeres, que eran de chinches”.
Este viajero publicó en TripAdvisor que “no había café y muy poca comida, y la comida era, en el mejor de los casos, cuestionable. No había cubiertos, los platos estaban todos desconchados, ni servilletas ni café. Sin agua embotellada. No hay toallas de playa ni tumbonas. No hay entretenimiento en inglés en absoluto”.
Una turista argentina denunció en enero la pésima experiencia que vivió en 2023 en un hotel cinco estrellas en Varadero, al que calificó como un "Infierno en el Paraíso".
La mujer se hospedó con su familia en el Meliá Península Varadero en septiembre, una estancia de cinco días en la que lo único bueno fue el mar, según sus palabras.
"Nunca en mi vida la he pasado tan mal en un hotel, las 5* ¡y el all inclusive no existen! Todo, absolutamente todo está mal", escribió en TripAdvisor.
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