El sacerdote Alberto Reyes, de la iglesia católica de Esmeralda, municipio de Camagüey, lamentó este martes que, como manda la tradición, San José, su santo patrono, no haya podido salir en procesión por las calles de la localidad pese a contar con la autorización de la Oficina de Asuntos Religiosos, que si bien dio el visto bueno al desfile religioso, intentó imponer un itinerario distinto del solicitado por la parroquia. De ahí que el cura haya optado por suspender la salida en señal de disconformidad con el intervencionismo del Estado en un tema tan sensible como la libertad religiosa.
"Hemos decidido que no habrá procesión porque sería un modo de decir 'no pasa nada', y no es verdad. La libertad religiosa es un derecho, no es un favor, no es algo que 'nos conceden benignamente' y que tendríamos que agradecer", señaló el párroco Alberto Reyes en su muro de Facebook.
Además, avisó que este martes por la tarde, en Esmeralda tendrán la misa en honor de San José, "con el regalo añadido de la presencia de nuestro arzobispo, monseñor Wilfredo Pino Estévez".
El padre Alberto Reyes ha cuestionado en varias ocasiones la libertad religiosa en Cuba. "Muchas veces me han preguntado en público si en Cuba hay libertad religiosa. Yo sostengo que no la hay. En Cuba hay libertad de culto, pero no hay libertad religiosa", apuntó en el escrito en el que anunció la suspensión de la procesión de San José.
"En Cuba los templos están abiertos, se puede celebrar la eucaristía en ellos, podemos tener Biblias, podemos portar signos religiosos, podemos dar catequesis y catecumenado a los adultos". "Pero no es permitido construir templos nuevos y se obstaculiza la reconstrucción de aquellos destruidos o en mal estado, no es permitido el acceso a los medios de comunicación social, ni al sistema educativo, ni al sistema de salud, no se reconocen nuevas denominaciones religiosas… y no podemos hacer nada fuera de los templos sin un permiso expreso de la Oficina de Asuntos Religiosos, la oficina que monitorea e intenta controlar la vida de la Iglesia", recalcó.
En opinión del párroco de Esmeralda, esa oficina de Asuntos Religiosos, "para empezar, no debería existir, porque nadie tiene derecho a monitorear la vida religiosa de nadie. Decidir por la Iglesia cuál es el recorrido que una procesión debe recorrer es secuestrar la libertad religiosa de este pueblo", insistió.
"Los creyentes somos parte de la sociedad y tenemos derecho a expresar nuestra fe públicamente y a decidir dónde y cuándo expresarla", recalcó el padre Alberto Reyes, que prometió que habrá celebración de San José en Esmeralda y allí se pedirá por "nuestra iglesia y por todo el pueblo". "Y pediremos también por las autoridades, para que logren entender lo que significa el respeto a la libertad del otro, y para que llegue pronto el día en que este pueblo pueda ser y sentirse libre para expresar su alma y todo lo que desde su alma anhela: sus sueños, sus ideales, sus criterios, su fe", concluyó.
No es la primera vez que el padre Alberto Reyes denuncia que el régimen cubano dificulta la labor de la Iglesia católica en Cuba. En una entrevista concedida a la televisión católica EWTN Español denunció que la Oficina de Asuntos Religiosos entorpece su labor como párroco. “Nos fiscaliza, nos espía, nos controla, intenta silenciarnos porque uno de los mecanismos es, por ejemplo, intentar silenciar nuestras voces a través de los obispos”.
La procesión de San José no es la primera que el párroco Alberto Reyes suspende en Esmeralda. En septiembre también suspendió la procesión de la Virgen de la Caridad. "Si como Iglesia no podemos decidir ni siquiera la hora de una procesión, ¿qué puede esperar este pueblo?", cuestionó el padre y acusó al régimen de no respetar la libertad religiosa.
Para un cubano que no haya nacido en Camagüey puede resultar difícil ubicar en el mapa dónde está el municipio de Esmeralda, pero hubo un tiempo en que esta localidad gozó de una potente bonanza económica. En la primera mitad del siglo XX en la zona se establecieron colonias de norteamericanos en La Gloria City y de alemanes, en Palm City. El dinero salía del esfuerzo de esta pujante inmigración, dedicada a la producción y exportación de cítricos. El declive empezó durante la Segunda Guerra Mundial, cuando en el caso de Palm City, algunos de los productores más solventes fueron encarcelados y trasladados a La Habana, acusados de colaborar con los nazis.
Este 19 de marzo es festivo en varias provincias españolas, que celebran San José como el Día del Padre.
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