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El hundimiento del turismo es una realidad que viene manifestándose incluso desde tiempos anteriores a la pandemia, con cifras cada vez más críticas para un sector clave en la economía del régimen, que el pasado año quedó por debajo de los 2 millones y medio de visitantes.
No obstante, la prensa oficialista cubana acogió la noticia con optimismo y celebró las palabras del gobernante Miguel Díaz-Canel durante la reunión de balance anual del ministerio de Turismo (MINTUR) celebrada el pasado jueves en los salones de Palacio.
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Cuba recibió 2,436,980 de visitantes en 2023, lo que representó el 69,6 por ciento del plan, según el sitio de la Presidencia de Cuba. Aunque la cifra constata un incremento de más del 51 por ciento en relación con el año precedente (1,614,087 visitantes en 2022), quedó por debajo de las expectativas del régimen, que esperaba alcanzar los 3.5 millones de turistas en 2023.
"El turismo sirve para reactivar las termoeléctricas, para comprar más comida, para dar materia prima a los productores, para dar más bienestar y calidad de vida al pueblo en general. Ya saben que Cuba es un Estado socialista, que tiene mucha justicia social, como salud pública y educación gratuitas, y eso tiene un coste", comentó en noviembre de 2022, Juan Carlos García Granda, ministro cubano de Turismo.
En un encuentro con la prensa celebrado en esa fecha en la Feria mundial del turismo World Travel Market, en Londres, García Granda aseguró que el gobierno cubano esperaba recibir en 2023 unos 3.5 millones de visitantes internacionales, el doble de turistas que visitaron a Cuba en 2022.
Empeñado en su “corrección de distorsiones para reimpulsar la economía”, el pasado jueves Díaz-Canel se propuso “defender lo cubano en todo” como fórmula para relanzar la actividad turística en la Isla.
“¿Con qué [vamos a] suplir lo que no tenemos o no vamos a tener? ¿Qué es lo que tenemos que puede distinguir e impactar?... [Nosotros] tenemos muchas cosas que son únicas de Cuba; lo que hay es que ver cómo las ofertamos, cómo se ponen en función del turismo y cómo pueden marcar una diferencia”, señaló el también primer secretario del Partido Comunista.
Ante los especialistas del sector, Díaz-Canel habló de “originalidad, cultura del detalle y toque de distinción” y se preguntó “¿cómo gestionar para tener?, ¿cómo encantar?, ¿qué modalidad de servicio nosotros podemos ofertar y que no espera el turista y que no la tiene en ningún otro lugar?, ¿cómo socializamos las mejores experiencias?”.
“O sea, que se trata de crear, de proponer, y de innovar, y aquí hay talento suficiente para encontrar respuesta a eso que nos estamos proponiendo”, resaltó el inquilino de Palacio y estratega de la “resistencia creativa”.
Haciendo valer las enseñanzas del dictador Fidel Castro de “hacer más con menos”, el líder de la llamada 'continuidad' llamó a “hacer mejor las cosas con los recursos que se tienen al alcance”.
“¿Cómo nos convertimos de verdad en la locomotora de la economía cubana? ¿Cómo resolvemos eso? Nos urge”, concluyó Díaz-Canel.
Lo que dice el Informe de la ONEI y lo que oculta el régimen cubano
Por su parte, García Granda afirmó que “el 2024 seguirá siendo un año muy retador para el desarrollo de la actividad turística”, mientras presentaba un informe en el que recogía datos como que el 92 por ciento de los turistas en Cuba expresaron un nivel de “satisfacción general”, un poco menos del 90 % afirmó que estaría dispuesto a repetir la visita a las instalaciones ya conocidas; y casi el 93 dijo tener intenciones de recomendar el lugar visitado.
Lo que no mencionaron los dirigentes del régimen ni los periodistas a su servicio es que casi el 15 por ciento de los visitantes que llegaron a Cuba (358,481) eran “visitantes de la comunidad cubana radicada en el exterior”, según el Informe de la propia Oficina Nacional de estadísticas e Información (ONEI).
“Es alucinante el escamoteo de la propia estadística oficial de turismo en la nota de prensa del balance anual del MINTUR. No se menciona a la comunidad cubana ni a EE.UU como segundo y cuarto emisores de visitantes internacionales en 2023”, señaló en X el economista cubano Pedro Monreal, señalando que ambos grupos “aportaron 2,8 veces más turistas que Rusia y 1,6 veces más turistas que el total combinado de los cinco principales emisores de Europa Occidental”.
Para Monreal, “plantearse como meta superar ‘la barrera de los tres millones de visitantes’ parece algo estrafalario para un país que ya superó los 3 millones en seis ocasiones consecutivas entre 2014 y 2019, incluyendo 4,7 millones de visitantes en 2018”.
Si se dan por válidos los datos de la ONEI, el ingreso de las entidades turísticas del régimen cubano en 2023 fue de 170 millones 495 mil 987 pesos, de los cuales unos 25 millones aproximadamente provendrían “de la comunidad cubana radicada en el exterior”; y una cifra similar de los visitantes estadounidenses, poniendo en tela de juicio el argumento del "bloqueo" que esgrime constantemente La Habana.
“Si el turismo despega y avanza, empieza a moverse todo; empieza el encadenamiento de todo y se benefician la agricultura, la industria, empiezan las producciones, y por ahí empieza a beneficiarse también la población”, sentenció el primer ministro Manuel Marrero Cruz.
También puede haber movimiento de cuadros en el MINTUR, alertó el que fuera titular del MINTUR de 2004 a 2019, porque “la diferencia la hacen los cuadros”.
A pesar de la crisis generalizada que enfrenta el país, ni Marrero Cruz ni Díaz-Canel mencionaron los datos de la ONEI (agosto 2023) que muestran que el régimen cubano invirtió cuatro veces más en hoteles y restaurantes que en Salud Pública y Asistencia Social en el primer semestre de ese año (583,3 millones de pesos en salud y asistencia social VS. 2.325,3 millones a hoteles y restaurantes).
Tampoco recordaron las declaraciones de García Granda cuando a comienzos de 2022 anunció ante empresarios españoles, previo a la Feria Internacional de Turismo de Madrid (FITUR), que el régimen aspiraba a recibir seis millones de turistas para 2030, para lo cual potenciaría en los próximos años la construcción de instalaciones hoteleras en los principales polos del país.
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