Con una ocupación hotelera del 27.9% en el primer semestre de 2023 (últimos datos publicados por la ONEI) y menos de tres millones de turistas internacionales en ese año, el régimen cubano sigue apostando por la construcción de hoteles.
Así quedó de manifiesto al conocerse la noticia de que la compañía Blue Diamond asumirá la puesta en marcha de otras tres instalaciones turísticas en el oriente de Cuba, bajo el nombre de Mystique Saratoga.
A partir de los hoteles Saratoga, Caballeriza y Esmeralda, la cadena canadiense espera crear “un complejo boutique de alto estándar”, confirmó a ACN Yander Rodríguez, director general de dichas instalaciones, gestionadas por el grupo Cubanacán, perteneciente al conglomerado empresarial en poder de los militares del régimen cubano (GAESA).
Además, Blue Diamond se hará con la gestión de una parte del hotel Club Amigo Atlántico Guardalavaca que se añadirá al sello Mystique, utilizado para definir a hoteles con ambientes íntimos y atención muy personalizada, que incluye incluso servicio de "mayordomo". El primero de este sello en Cuba, inaugurado en noviembre de 2021 en Varadero fue el exclusivo Mystique Casa Perla, el primer "hotel boutique" de la Isla.
Acorde a la agencia oficialista, al agrupar Blue Diamond al turoperador Sunwing y a Westjet como aerolínea propia, además de sus agencias de viajes, se “garantizará el flujo de visitantes durante todo el año”.
Blue Diamond ya gestiona otras instalaciones en la provincia, entre ellas el Hotel Grand Memories Holguín y la sección Sanctuary at Grand Memories Holguín, ambos en la península de Ramón de Antilla y pertenecientes al grupo Gaviota.
Por si no fuera suficiente, el régimen cubano proyecta la inauguración en 2024 de un hotel en playa Yuraguanal, con unas 600 habitaciones, y otro en la península de Ramón de Antilla.
GAESA, "propietaria" de Holguín
En octubre de 2021, usuarios en las redes sociales denunciaron el desalojo de familias en el poblado costero El Ramón de Antilla, como parte de un ambicioso plan de desarrollo turístico en la zona liderado por Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA).
En plataformas digitales comenzaron a compartirse fotografías y videos en los que efectivos del ministerio del Interior (MININT) allanaron viviendas con la intención de desplazar por la fuerza a las familias que aún quedan en El Ramón.
El plan se gestó en 2017, cuando el régimen cubano aprobó un plan de ampliación de la planta turística hotelera en Holguín donde, según declaraciones del primer ministro Manuel Marrero Cruz -entonces ministro de turismo-, “la decisión más importante es el desarrollo de la península del Ramón de Antilla”, con capacidad para, al menos de 19 mil habitaciones.
“El Ramón de Antilla está en estos momentos invadido por boinas rojas, negras, pues GAESA está construyendo varios lujosos hoteles en sus playas, y no quieren a sus residentes, mi familia, cerca”, denunciaba en octubre de 2021 el usuario Alexander Silva en Facebook.
Nada detiene la voracidad hotelera del régimen cubano. Ni siquiera los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), que reflejaron una ocupación hotelera del 15.6 % durante 2022. El terrible resultado, sin embargo, supuso una recuperación de más del 200 % respecto a 2021, cuando apenas se ocupó el 5.7 % de las habitaciones de los hoteles.
Los números mejoraron en 2023, cuando la ONEI cifró en 2,4 millones el número de visitantes internacionales, quedando por debajo de las expectativas expresadas por el ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda, que esperaba recibir unos 3.5 millones de visitantes a lo largo de ese año.
En agosto pasado, un informe de la ONEI indicó que la inversión de enero a junio de 2023 en salud y asistencia social fue de apenas 583,3 millones de pesos; mientras destinó 2.325,3 millones a hoteles y restaurantes.
Para el economista Pedro Monreal, la estadística "confirma la persistencia de una deformada estructura de la inversión en Cuba", que priorizó nuevamente "actividades principalmente articuladas alrededor del turismo, a pesar de las notables dificultades para atraer turistas".
En términos más duros se expresó el Observatorio Cubano de Auditoría Social (OCAC), que acusó a GAESA de saquear al sistema de salud pública de Cuba durante más de una década. En su informe, la ONG acusó al oligopolio de saquear las arcas del Estado para presuntamente apropiarse como mínimo de 69.8 mil millones de dólares.
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