La puerta que se desprendió de un avión de Alaska Airlines en pleno vuelo el viernes pasado, apareció en el patio de una casa en Portland, Oregón.
El propietario de la vivienda, un maestro de escuela nombrado Bob, avisó a la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), que había pedido la colaboración ciudadana para localizar el fragmento de fuselaje caído.
La aeronave, un Boeing 737 Max 9, aterrizó de emergencia alrededor de las 5:00 pm del 5 de enero, unos 35 minutos después de despegar del Aeropuerto Internacional de Portland.
El incidente ocurrió a unos 16 mil pies de altura, cuando se escuchó un ruido similar a una explosión y el avión perdió una puerta lateral y parte de la pared, con la consiguiente despresurización de la cabina.
El aparato se dirigía al aeropuerto internacional de Ontario, en California, con 171 pasajeros y seis tripulantes. Todos resultaron ilesos.
Un pasajero grabó en el que se ve un agujero en el fuselaje del tamaño de un refrigerador, un reposacabezas arrancado de un asiento y máscaras de oxígeno colgando del techo.
Tras el suceso, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) decidió inmovilizar los aviones Boeing 737 MAX 9 en todo el país.
Por su parte, Alaska Airlines informó en un comunicado que de los 65 aviones 737 Max 9 de su flota, las tripulaciones inspeccionaron las salidas con paneles como parte del reciente trabajo de mantenimiento en 18 aviones, y se les autorizó a regresar al servicio el sábado.
Asimismo, el fabricante estadounidense Boeing dijo en Twitter que está recabando más información y que un equipo técnico está a disposición de los investigadores.
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