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Un insólito caso de urbanismo en Matanzas pone al descubierto las incongruencias en la gestión del gobierno, la incapacidad de las instituciones estatales y lo hueco que son los discursos políticos en Cuba.
La calle Mujica llevaba meses destruida y los vecinos, siguiendo con disciplina las orientaciones de los Comité de Defensa de la Revolución (CDR), sembraron su "pedacito de tierra" que estaba favorablemente regado por un salidero.
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La plantación de maíz y calabazas comenzó a crecer, llamando la atención de todos los transeúntes y llegando a ocupar titulares en la prensa independiente. Cuando más verde y popular se hacía el barrio, el régimen se mostró indignado, sorprendido por cómo crecía la comida al borde de una calle y arremetió contra el cultivo.
Un reportaje de la prensa oficialista ofrece detalles de lo que ha ocurrido en Mujica. Las declaraciones de los dirigentes políticos solo demuestran que "la cosa" en Cuba está peor de lo que cualquiera pueda imaginarse.
Girón entrevistó a la arquitecta Gladys Socorro Prieto, jefa de la Dirección Integrada de Proyectos. La funcionaria aseguró que debían hacer por el Aniversario 330 de la fundación de Matanzas una restauración del paseo comercial de la calle Medio.
Lo habían iniciado hace 5 años pero no pudieron terminarlo porque les faltaban adoquines. A la Oficina del Conservador se le ocurrió quitarlos de la calle Mujica, donde estaban ocultos bajo el asfalto.
"Se escoge Mujica por el deterioro que mostraba, además de tener problemas con el agua, drenajes fluviales y el bacheado", dijo Socorro. Añadió que a las instituciones implicadas les parecía genial porque "como se dice en buen cubano, esto era matar dos pájaros de un tiro".
Al inicio debían romper en Mujica solo 40 metros cuadrados de la calle, pero se dieron cuenta luego de que eso no les alcanzaba y levantaron el asfalto en "un área mayor".
Se llevaron los materiales que necesitaban y dejaron a los vecinos con su salidero de siempre, sin asfalto, sin adoquines y con el barro a pie de calle durante varios meses.
En ese contexto de desesperación, indefinición y espera, los residentes de la zona tomaron la iniciativa de aprovechar el agua y la tierra para sembrar.
El cultivo de maíz y calabazas en plena calle era también un guiño pícaro, al ex espía Gerardo Hernández quien en medio de la crisis de alimentos en Cuba ha pedido a través de los CDR que las personas siembren alimentos para autoconsumo donde quiera que vean una oportunidad.
La plantación iba creciendo bien, a su ritmo, sin interrupciones, hasta que el gobierno la descubrió brillando en la prensa internacional.
Cuba no produce suficiente comida, pero a los vecinos de Mujica se les da el maíz en un charco. Algo no encaja en este rompecabezas, así que lo correcto para el Estado es destruirlo todo, antes de que la gente le coja el gusto a sembrar en plena calle y aproveche el agua de los salideros.
El reportaje de Girón muestra cómo comenzaron las obras de reparación en la popular calle matancera, e indica que ya no hay plantación en Mujica, pero ninguna de las fotos muestra la vía restaurada, ni el salidero arreglado, ni la cara de un vecino feliz.
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