Derek Chauvin, el policía condenado por el asesinato del afroamericano George Floyd en 2020, fue apuñalado el viernes pasado en una prisión federal en Arizona.
La oficina del fiscal general de Minnesota, Keith Ellison, informó que el expolicía se encuentra estable tras la agresión.
“Me entristece saber que Derek Chauvin fue blanco de violencia. Fue debidamente declarado culpable de sus crímenes y, como cualquier persona encarcelada, debería poder cumplir su condena sin temor a represalias o violencia”, lamentó Ellison, en un comunicado citado por CNN.
Greg Erickson, el abogado de Chauvin, dijo que sólo se enteró de la agresión a través de los medios de comunicación y desde entonces intentó comunicarse con los funcionarios de la prisión varias veces para confirmar la noticia, pero fue rechazado.
“He llamado a la prisión siete veces. Se han negado a hablar conmigo siete veces”, dijo Erickson a CNN.
Los padres de Chauvin tampoco han podido localizarlo.
“Es increíblemente poco profesional que nadie de la prisión haya contactado a sus padres”, denunció el abogado.
Chauvin fue sentenciado en junio de 2021 a 22 años y medio de prisión por el asesinato de George Floyd en mayo del 2020.
El asesinato de George Floyd ocurrió el 25 de mayo de 2020 en el vecindario de Powderhorn, en la ciudad de Minneapolis, Minnesota, como resultado de su arresto por parte de cuatro policías locales. El exoficial Chauvin, después de esposarlo, inmovilizó a Floyd en el suelo y colocó una de sus rodillas en el cuello del afrodescendiente, lo cual fue la causa de la asfixia que minutos después sufrió el detenido.
La muerte de Floyd desencadenó las protestas más candentes del país en los últimos años y provocó importantes cambios en las políticas que rigen los cuerpos policiales de varios estados.
Para un país cuyo sistema legal rara vez responsabiliza a los agentes de policía por los asesinatos en misión de trabajo, el caso fue un hito.
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