Familiares del preso político del 11 de julio (11J) Luis Barrios Díaz, quien falleció el domingo a los 36 años, denunciaron que su muerte pudo evitarse y la consideraron un asesinato de las autoridades carcelarias cubanas.
Carlos Hernández, cuñado del manifestante, publicó un video donde explica que al prisionero le negaron atención médica a pesar de que los doctores recomendaron su ingreso inmediato, porque no había petróleo para relevar a los policías que debían cuidarlo ni antibióticos en el hospital Miguel Enriquez de La Habana.
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El joven cubano estaba en la Prisión 1580 de San Miguel del Padrón, y desde agosto enfermó de neumonía, afirma la publicación, posteada en Twitter por Prisoners Defender.
Hernández cuenta que el pasado 14 de noviembre unos amigos fueron a visitarlo a la cárcel y lo encontraron muy deteriorado. En ese momento Barrios Díaz les contó que lo habían llevado al hospital Miguel Enriquez y los médicos le dieron una orden de ingreso, pero los guardias que lo acompañaron se negaron a internarlo "porque no tenían petróleo para el oficial que debía relevarlos a ellos, y que en el hospital no había antibiótico para tratarlo".
El prisionero les dio a sus amigos un teléfono para que su hermana, Aurora Santos Díaz, se comunicara con el Capitán Gerardo e insistiera en su necesidad de atención médica.
"Tenía una bronconeumonía muy fuerte, mucha falta de aire, y estaba muy deteriorado. Yo llevo 20 años en la familia y lo conocí con 16 años. Él le mandó un teléfono a mi esposa para que contactara con el capitán Gerardo y el capitán le pidió antibióticos para que lo trataran, pero no lo llevaron al hospital del Combinado, sino que lo dejaron en la 1580", señaló Hernández, quien es esposo de Aurora.
Explicó que su esposa se entrevistó con el capitán y ella le pidió que lo visitara personalmente para comprobar su estado de salud. Aparentemente Gerardo le hizo la visita porque de inmediato lo trasladaron a la Covadonga, en el Cerro, donde le iban a hacer una incisión en el pulmón porque tenía mucho líquido.
Tras este procedimiento –donde le sacaron un litro y medio de líquido de un pulmón y determinaron que el segundo estaba muy dañado– las autoridades le entregaron en el mismo hospital, de forma expedita, una licencia de libertad extrapenal por tres meses, subrayó.
Esa noche el prisionero pasó la noche en recuperación y lo llevaron a Terapia Intensiva.
El doctor se entrevista con la familia y le dice que Barrios Díaz está delicado, que le llevaran un caldo y un yogurt para dárselo.
La hermana del joven hizo la comida y como salió a las 7:30 pm para el hospital, pero cinco minutos después llamaron a la casa para informar que el prisionero había fallecido de un paro respiratorio.
El médico dijo que el paciente murió por no haberse atendido la enfermedad a tiempo: "Quiero que esto lo vea todo el mundo, yo puedo ser juzgado por esto, pero no importa porque se tiene que saber la verdad. Los directivos de la prisión han cometido un asesinato", expresó Hernández, quien se encuentra en Cuba y asegura que no pertenece a ninguna organización política.
Cuenta que el médico pidió permiso para hacerle la autopsia a Barrios Díaz por sospecha de tuberculosis.
"Era un hombre sano, que solo salió a protestar el 11 de julio. Dejó un niño de seis años, una hermana, una madre, y una familia devastada. Yo no pertenezco a nada, a ninguna organización política, nadie me está pagando, solo quiero justicia. Especialmente le envío este mensaje al periodista Albertico, quien dijo que en las prisiones de Cuba los presos estaban bien atendidos. Los presos están sin derechos humanos en las cárceles de Cuba", denunció.
Barrios Díaz, de 37 años, fue condenado a seis años de cárcel por el 11J, acusado de supuestos delitos de desorden público y atentado.
El Observatorio Cubano de Derechos Humanos ha reiterado su exigencia de liberación inmediata de todos los presos por motivos políticos y de conciencia y recuerda que aunque es un asunto de voluntad política, el régimen cuenta con al menos ocho vías jurídicas para excarcelar o liberar de manera inmediata a todos.
El caso de Luis Barrios se suma a otras denuncias de reclusos que presentan un evidente deterioro de salud, tal es el caso de Félix Navarro y de José Daniel Ferrer.
En el segmento final de su denuncia, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos exigió la atención internacional de los gobiernos democráticos y de la Unión Europea (UE) ante la crítica situación de los presos en Cuba.
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