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Javier Milei ganó las elecciones Argentinas de este domingo y tomará posesión del gobierno el próximo 10 de diciembre, coincidente con el Día Internacional de los Derechos Humanos.
El líder del partido La Libertad Avanza derrotó al oficialista Sergio Massa, que encabezaba al partido Unión por la Patria, una agrupación con manifiestas simpatías con el régimen cubano, identificado con el peronismo y controlado por el kirchnerismo.
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Al Palacio de la Revolución le ha surgido un detractor que ocupará la Casa Rosada justo en la fecha en la que tradicionalmente la dictadura reprime a opositores, activistas y periodistas independientes que pretenden, año tras año, celebrar en Cuba el Día de los Derechos Humanos.
Locuaz, inteligente, explosivo, Javier Milei ha hablado mucho sobre la falta de derechos y libertades en Cuba. Sus declaraciones, cargadas de adjetivaciones han sido certeras en cuanto a la naturaleza del régimen cubano, pero su vehemencia ha generado polémica entre los analistas.
“Hola, soy Javier Milei, el Liberal Libertario, y este mensaje es para todos los hermanos cubanos que están despertando a las ideas de la libertad, que se están rebelando contra ese régimen ‘hijo de la remilp...’ que les está cagando la vida”, dijo el economista en sus redes sociales tras el histórico estallido del 11J en Cuba.
Férreo defensor de la libertad y la democracia, el discurso de Milei abre fuego contra los gobiernos populistas de la región, en especial el de Argentina; pero también los regímenes de Venezuela y Cuba, contra los cuales no ahorra en descalificativos y considera dictaduras de corte comunista.
Emocionado con los acontecimientos del 11J en la Isla, el profesor universitario y conferenciante pidió a los cubanos que no claudicaran en su lucha por la libertad. “La libertad les traerá prosperidad, bienestar y sobre todas las cosas, muchísima felicidad. Así que, hermanos cubanos, no cedan. ¡No cedan, es el momento de ustedes, avancen! ¡Viva la libertad, carajo!”.
Entrevistado el 12 de julio de 2021 en el canal de televisión argentino A24, el ahora ganador de las elecciones llamó “sangriento, asesino y hambreador” al régimen cubano, y consideró las protestas como una manifestación de su descomposición y caída.
“Cuba es una cárcel y un infierno por la decisión de los comunistas”, dijo en 2018 contestando a un usuario de redes sociales que criticó sus declaraciones en un programa de televisión y le reprochó que no tuviera en cuenta “el bloqueo” en sus análisis.
“Si para los zurdos la globalización es mala ¿cómo pueden argumentar que el problema de Cuba es el bloqueo? Hay que ser muy estúpido”, se dijo el economista con su característico tono provocador.
El careo surgió a raíz de la intervención de Milei en el programa de televisión Intratables de América TV, en la que el académico increpó a una simpatizante del sistema cubano y le dijo: “Si tanto te gusta Cuba, ve a vivir a ese país, yo te pago el pasaje”.
Si hay algo que Milei cree demostrado por la historia es el fracaso del modelo socialista o comunista. En el caso de los experimentos en ese sentido emprendidos por gobiernos de la región, el argentino es implacable en su denuncia de la pérdida de libertades que traen asociados.
Sus mensajes en contra del sobre-dimensionamiento del Estado en estos regímenes, le ha llevado a poner a Cuba como ejemplo de empobrecimiento moral y material, pérdida de los derechos y libertades de los individuos, y sumisión al poder totalitario.
Mucho se ha referido Milei a la dictadura cubana en términos muy críticos. Sin embargo, a partir del 10 de diciembre, el presidente electo de Argentina tomará posesión del cargo y empezará a gobernar en un país dividido, cuyos anteriores ejecutivos tejieron fuertes alianzas con La Habana.
El realismo de las relaciones internacionales actuales, la responsabilidad del cargo y la dignidad que este ostenta seguramente influirán en la adjetivación de Milei. Aunque sus ideas sobre el régimen cubano seguirán siendo las mismas (en su caso se trata de convicciones), es posible que modere el tono a la hora de expresarlas.
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