Las familias damnificadas del derrumbe ocurrido la noche de este martes en La Habana Vieja, donde murieron tres personas, lanzaron un pedido de ayuda por la precaria situación que están viviendo en la actualidad.
La familia de Susana Pérez, madre de cuatro niños, es una de las 13 que residían en el edificio de Lamparilla entre Villegas y Aguacate que sufrió un derrumbe de gran magnitud esta semana.
Lo más leído hoy:
Pérez, junto a sus hijos y su madre, fue evacuada a una escuela colindante como el resto de los 54 residentes del edificio, de donde lograron salir con vida antes de que una gran parte de la estructura se desplomara y los dejara sin hogar donde vivir.
La joven madre recurrió a sus redes sociales para pedir ayudar, abatida por las deplorables condiciones en las que están viviendo ella y su familia en el colegido donde fueron ubicados esa noche, y la exigencia de las autoridades del gobierno para que abandonen el lugar antes de este viernes.
Pérez comienza su escrito reconociendo que no es la única afectada por esta situación “no agradable”, pero reclama ayuda para que las autoridades le den solución, pues en pocas horas deben marcharse del “refugio” provisional y buscar a donde ir.
Reveló que su casa no se derrumbó, aunque forma parte del edificio. Debido a que el inmueble podría desplomarse por completo en cualquier momento, las autoridades impiden que los residentes entren a recoger sus pertenencias.
“Mi casa como tal no cayó al suelo, pero pertenece al mismo edificio, donde no nos han dejado entrar ni nos han sacado nuestras pertenencias porque está en peligro de derrumbe”, señaló.
Aunque reconoció que en el albergue transitorio les han dado alimentación y atención, Pérez denunció las inhumanas condiciones en las que se encuentran: “Nos tienen tirados en el piso, sin al menos una colchoneta para que esos niños duerman”. En su caso, “con la ayuda de amigos”, la familia logró “resolver sábanas para que los niños pudieran dormir al menos en el piso”.
La joven madre dice que permanecen allí, “sin una respuesta”, y las autoridades les exigieron que “busquemos donde refugiarnos porque mañana en la mañana la escuela debe de continuar con su jornada y no tienen dónde meter a 13 familias de 54 habitantes, donde hay niños y ancianos, donde no es culpa nuestra porque nosotros no tumbamos el edificio, el edificio se desplomó solo”.
“A dónde voy a parar yo que vivo en una de las viviendas con cuatro menores de edad, el mayor tiene 13 años, sin nada que comer, sin nada que vestir y sin una respuesta”, preguntó desesperada. “Necesito que se haga viral mi publicación porque necesito ayuda, no tengo a dónde ir con mis hijos y madre que es una persona mayor”.
“Necesitamos la ayuda de todos para que se le dé una solución favorable principalmente para los niños, a esta situación tan dolorosa”, dijo en su publicación.
Pérez reiteró su pedido en un video que publicó este jueves el periodista cubano, exiliado en Miami, Mario Pentón.
“No tenemos dónde vivir, no tenemos acceso a nuestros hogares, no tenemos acceso a nuestras pertenencias. Estamos en una escuela albergados, sin nuestras pertenencias, no tenemos nada. Sí nos han dado comida, sí nos han dado ayuda, pero no tenemos dónde vivir y necesitamos ayuda por favor”, declaró a Pentón.
“Necesitamos que la persona que vea esto se compadezca y por favor, nos ayude porque necesitamos un techo donde vivir. Yo tengo cuatro niños menores de edad. Mi niña más pequeña tiene un año y necesitamos ayuda por favor”, fue el reclamo de la madre.
El derrumbe del edificio de Lamparilla, cerca del Parque del Cristo, ha causado conmoción en el país. En el siniestro perdieron la vida tres personas, dos de ellas, miembros del Cuerpo de Bomberos: Yoandra Suárez López, de 40 años, técnica en rescate y salvamento, con más de 11 años de experiencia; y Luis Alejandro Llerena Martínez, de solo 23 años, rescatista profesional. La tercera víctima mortal fue el anciano Ramón Páez Frómeta, de 79 años, quien se encontraba en el lugar al momento de ocurrir el siniestro.
Las imágenes que circularon en las redes sociales, tomadas por vecinos de la zona, sobrecogieron a la opinión pública por su crudeza, al mostrar el derrumbe gradual de partes del edificio, que finalmente dejó sepultadas a varias personas bajo los escombros. Dos víctimas sí pudieron ser rescatadas con vida y permanecen hospitalizadas.
Archivado en: