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El sacerdote cubano Alberto Reyes, fuerte crítico del régimen, compartió un texto en su Facebook en el que analiza los patrones de la libertad, en un país donde los jóvenes nunca han vivido en democracia y por ello no saben cómo ser libres ni cómo cambiar los patrones de esclavitud en los que han crecido.
El P. Reyes, de la diócesis de Camagüey, cuestionó que aunque Cuba sea una sociedad necesitada de cambios radicales, nadie se ponga en pie y diga "basta"; simplemente muchos deciden emigrar, mientras otra gente que pasa necesidades sigue apoyando al sistema.
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"La libertad es lo desconocido, lo que está por aprender y, por tanto, lo que provoca inseguridad", dice el párroco, quien da sugerencias sobre cómo se pueden incorporar acciones y actitudes que conviertan a los cubanos en personas distintas, capaces de lograr un nuevo país.
A continuación, CiberCuba comparte el texto íntegro de la publicación.
"He estado pensando… (XLII)
He estado pensando en los patrones de la libertad.
Cualquier persona mínimamente sensata que conozca nuestra realidad se da cuenta que Cuba es una sociedad necesitada de cambios radicales y profundos. Es la opinión del cubano de a pie, es la convicción de los que emigraron y hoy viven fuera pero tienen los ojos y el corazón puestos en la isla, y quiero creer que es también lo que piensan aquellos que llenan los estratos de poder que mantienen el inmovilismo y el desastre existencial en este país.
¿Por qué, entonces, seguimos bajando la cabeza y no nos ponemos en pie diciendo 'basta'?, ¿por qué la solución para muchos sigue siendo emigrar?, ¿por qué tanta gente que pasa necesidad y vive en la precariedad, la incertidumbre y el miedo continúa dando su apoyo al sostenimiento de este sistema y alineándose con lo que aborrecen?.
Los procesos sociales no se improvisan. Nuestros jóvenes nacieron en dictadura, y sus padres también. Las nuevas generaciones no tienen una memoria histórica de libertad, nunca han vivido en libertad ni en democracia, y no saben cómo ser libres. Lo pueden imaginar, lo pueden intuir, lo pueden comprender a nivel teórico, pero esto no basta para cambiar los patrones de esclavitud en los que han crecido. Son generaciones educadas en el conformismo, en la doble moral, en el miedo a decir lo que piensan; han sido entrenados en disimular, en aparentar, en el cálculo por encima de la espontaneidad de ser uno mismo.
Esos patrones son parte de su zona de confort, de aquello que conocen y saben cómo manejar. La libertad es lo desconocido, lo que está por aprender y, por tanto, lo que provoca inseguridad.
¿Cómo sería un cubano libre?, ¿cómo sería hoy empezar a vivir en libertad en Cuba? Porque no podemos esperar a vivir en un país libre para empezar a vivir en libertad, así no es como funcionan las cosas. Es más, muchos cubanos que han emigrado a países democráticos siguen portando con ellos los patrones de la esclavitud, y siguen funcionando por el 'no te señales', 'no disientas', 'cuídate porque no sabes con quién estás hablando'…
¿Cómo podemos incorporar los patrones de libertad que hagan de nosotros personas distintas y, a la larga, nos permitan lograr un país distinto? Con pequeños actos cotidianos, como ya lo están haciendo muchos cubanos dentro de Cuba: diciendo lo que piensas y sientes, no asintiendo si no estás de acuerdo, no asistiendo a donde no quieres ir (como puede ser una reunión del CDR), abriéndote a la creatividad y a la búsqueda de soluciones nuevas, aprendiendo a no mentir y a no ser cómplice de la mentira, buscando y defendiendo lo que es justo, rompiendo el mito de que 'no se puede decir que no' a lo que te puedan pedir los órganos de poder…
La libertad no llega de golpe. El reto es empezar a ser libres, lo cual comienza con pequeñas opciones, como puede ser decirle al vecino lo que piensas de verdad. A veces creemos que tiene que cambiar todo y de repente, pero no es así, los cambios reales se hacen poco a poco.
Es verdad que ser libres da miedo, y que asumir la libertad puede traer consecuencias, pero cuando se opta por la libertad la vida se organiza mucho mejor, y cuando los patrones de esclavitud se sustituyen por los de la libertad, se experimenta definitivamente una luz y una fuerza a las que ya no querremos renunciar".
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