Un cubano residente en la ciudad de Las Tunas, víctima de un intento de robo en su vivienda que estuvo marcado por una violencia extrema, explicó la actuación de la policía, que no envió de inmediato una patrulla y dijo que el delito solo constaría como "daños a la propiedad".
Como refirió Sacramento José Acebo Hidalgo, víctima de la vandalización de su hogar, llamó a la policía el pasado 8 de agosto para hacer la denuncia de que su casa acababa de ser agredida "por varios individuos que, gritando, rompieron mi puerta con una barreta, pata de cabra".
Cuatro horas después de la llamada y sin saber con exactitud la hora de la llegada de la policía, porque así se lo expresaron, los agentes únicamente le comentaron que con base en el Código Penal actual, el hecho solo sería registrado como "daños a la propiedad".
"Me parece que si un ciudadano llama a la 2:30 am a la unidad y denuncia que acaba de ser víctima de una agresión en su propio hogar de modo violento, no es nada cómodo escuchar por respuesta (luego de preguntar cuándo vendrían) que le iban a enviar el carro policial, pero que no podría asegurar cuando llegaría... mucho menos certero me parece que aseguraran que, según el nuevo código penal, eso sólo constaría como 'daños a la propiedad'... ¡Lo de menos es la puerta!", escribió el hombre.
Al llegar al casa, según su testimonio, un perito y una asistente del Ministerio del Interior recogieron llevaron todos las tablas desprendidas (para buscar huellas), aduciendo que habrían sido unos jóvenes recién salidos de una fiesta.
Sin embargo, el hombre explicó que la vandalización de su hogar, en peligro de derrumbe, ha sido bastante frecuente.
Esos "ladrones muy extraños", como los describió, han brincado la barda para entrar a su patio, golpear su puerta de madrugada, golpear la puerta de su cocina en ruinas, entrar a registrar papeles suyos en su ausencia.
"Los que me han tocado, parecen no interesarse en nada más que en ser perturbadores, en amedrentar, como si quisieran convencerme de que abandone el lugar o lo ponga en venta, como si quisieran que creyera que mi vida peligra y me pusiera nervioso. Me parece extraño y coincidente", relató.
Acebo Hidalgo indicó la pasada semana que la madrugada del martes comenzaron los golpes en su vivienda, que él cría que eran como de hacha o mandarria, algo que calificó de "asalto descarado" como si estuviera "en un país de pandillas armadas e una película de vikingos".
El hombre expresó que no solo gritó él cuando se percató de lo que estaba sucediendo sino que también escuchó gritar a otros vecinos desde sus casas. Acebo Hidalgo dijo que finalmente los delincuentes, que él cree que eran entre cuatro y seis, se fueron corriendo.
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