Alina Arcos Fernández-Brito, una doctora cubana que trabajaba en el Hospital Calixto García, en La Habana, publicó un desgarrador texto en redes sociales para anunciar que abandona su profesión porque no cuenta con los recursos para aliviar ni curar enfermedades, a lo que se suma que su profesión ya no le permite vivir con un mínimo de dignidad.
Bajo el título "Confesión", Alina Arcos Fernández-Brito desglosó en Facebook la tristeza y la impotencia que ha desembocado para ella en un decisión tan difícil.
"Ya no quiero (más) ser médico. Ya no puedo curar ni aliviar porque no cuento con los recursos para hacerlo. Ni siquiera reconfortar y acompañar en el dolor y la enfermedad, porque yo misma estoy llena de tristeza y desesperanza. Y uno no puede ofrecer lo que no tiene. Ya no puedo ayudar a otros", admitió.
La profesional de la salud -quien es hermana del crítico de cine Gustavo Arcos- refirió que además de la falta de insumos para desempeñar correctamente su trabajo, tampoco puede "vivir con un mínimo de dignidad o decoro" ejerciendo como médico, ello en clara referencia a un salario insuficiente, asunto que es tema recurrente en Cuba.
"Estoy exhausta de tanta angustia, ajena y propia. No importa que siga asistiendo al hospital o atendiendo enfermos. No es así como debería hacerse. Es como violar algo sagrado", añadió.
"Pido disculpas a mis pacientes... por lo que siempre les di y ya no puedo darles. No se lo merecen. Yo tampoco", concluyó la doctora su estremecedor escrito, que seguramente resume el sentir de otros muchos colegas, aunque no todos tengan el valor de tomar una decisión tan radical.
En febrero de 2021, en plena pandemia de coronavirus, Alina Arcos ya denunciaba la precaria situación en la que los médicos y enfermeros de la Unidad de Cuidados Intensivos estaban atendiendo a los pacientes en el Hospital Calixto García de La Habana: sin agua, ni guantes, ni ropa de protección.
En esa ocasión la doctora aclaró que si se agotaban los medios de protección para el personal médico, ella seguiría trabajando y confesaba el motivo: "soy una enamorada de lo que hago".
Pero el tiempo pasa y las decepciones y la impotencia, lejos de disminuir, aumentaron.
En agosto del pasado año Alina Arcos Fernández-Britto se mostró indignada en un extenso y también estremecedor texto, tras el anuncio de un mercado cambiario oficial para la compraventa de divisas, mercado que advirtió que haría la subsistencia en Cuba todavía más miserable de lo que ya era.
Alina -médico con dos especialidades, máster y con más de 30 años de trabajo a cuestas- reveló entonces que en su caso percibiría un salario equivalente a 49 dólares mensuales, cifra que obviamente se ha contraído de forma significativa si se evalúa el despampanante ascenso del dólar en el mercado informal desde entonces.
En esa ocasión la doctora señaló que ni ella ni su familia recibían divisas del exterior y que vivían de sus sueldos, que deberían ser suficientes para llevar una vida digna en un país
Arcos Fernández-Britto llegó a asegurar que no apoyaba al gobierno cubano y que si tuviera una vía legal y pacífica para intentar cambiarlo, la utilizaría.
Un año después, tal vía legal y pacífica sigue sin existir y la doctora Alina Arcos Fernández-Brito ha asumido que no puede continuar ejerciendo su profesión bajo las actuales circunstancias.
"Esta publicación es desgarradora pero a la vez muestra tu decencia e integridad. Un día eso será lo que valga, la noche nunca es eterna. Un abrazo fuerte", se puede leer este martes entre los más de cien comentarios que generó el triste anuncio.
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