Los límites para la extracción de efectivo en oficinas del Banco Metropolitano (BANMET) y otras entidades bancarias en Cuba se deben a “temas de logística” y no a déficit alguno, aseguró en la televisión un directivo de la entidad capitalina.
Entrevistado por el periodista oficialista Lázaro Manuel Alonso para la revista Buenos Días, el presidente de BANMET, Orlando López Garcés, aseguró que los límites que imponen sus oficinas a la extracción de efectivo de sus clientes “se deben a un tema de logística”.
“Desde el punto de vista de la logística, los bancos tienen todos los días un trabajo de cobertura de su efectivo, y eso lleva una logística de movimiento de diferentes unidades. Y por supuesto, tiene límites por motivos de seguridad”, contestó el presidente de BANMET.
Dando respuesta a inquietudes de los clientes, López Garcés afirmó que la limitación impuesta para la extracción de efectivo obedece a un problema de logística, que no alcanzó a definir con claridad y que explicó de manera titubeante y confusa.
“Precisamente, estas operaciones que se hacen de manera electrónica… hoy un cliente puede recibir de cualquier banco, o del mismo banco, un monto elevado… y ese monto elevado, cuando usted llega a la vista, por supuesto esa sucursal tiene que garantizar ese efectivo para dárselo”, dijo.
Según López Garcés, “eso es efectivamente lo que el banco le pide al cliente cuando rebasa un límite determinado: por favor, deme la oportunidad de crear esa logística”.
“También los bancos tienen que crear el tema de los pagos de salarios y las entidades se presentan a la vista a sacar esas extracciones… y de la misma manera le decimos a esas entidades: por favor, dennos un tiempo, no menos de 72 horas para yo crear la logística y, por supuesto, asegurarles ese efectivo”, abundó el directivo.
Entonces, el problema no es la inflación, ni la crisis, ni la depreciación de la moneda cubana, que obliga a la población a disponer de grandes cantidades de efectivo para su economía diaria, agotando el efectivo disponible en los cajeros que funcionan, que no son la mayoría.
No; según López Garcés, “se trata más bien de un tema de logística”.
A comienzos de agosto, el Banco Central de Cuba (BCC) impuso un fuerte control al dinero en efectivo a través de nuevas medidas encaminadas a la bancarización de las transacciones de cobros y pagos entre todos los actores de la economía.
Un comunicado de la entidad publicado el pasado miércoles –un día después de que el Consejo de Ministros aprobara la bancarización del país– indicó que está creando las condiciones y capacidades para ese proceso, mediante el cual se reducirá al máximo el uso de dinero en efectivo.
Entre las medidas para un mayor control de efectivo, se anunció que el banco mantendrá “que todos los actores de la economía soliciten el efectivo requerido para su actividad, en las sucursales bancarias donde operan sus cuentas corrientes o fiscales, ajustándose a las condiciones pactadas con el banco y en correspondencia con los niveles operacionales y fiscales”.
En segundo lugar que “solo las personas naturales que dispensan sus pensiones, salarios y otros haberes personales, así como los recursos provenientes de cuentas de ahorro” podrán “disponer de la red de cajeros automáticos, para la extracción de efectivo”.
El régimen argumentó que estas medidas se ejecutan para beneficio de la población, pues la red de cajeros automáticos, afectada por la falta de partes y piezas de repuesto, no garantiza satisfacer la creciente demanda de efectivo de la población. Culpó de este problema al embargo estadounidense, sin reconocer la falta de efectivo en las instituciones bancarias.
Esta crisis fue evidente en días recientes en las continuas quejas de personas que no habían podido extraer sus salarios por falta de fondos en los cajeros automáticos.
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