Varios economistas cubanos lanzaron fuertes críticas a las nuevas medidas encaminadas a la bancarización en la isla, las cuales consideraron "un corralito financiero" y un "latigazo del régimen al sector privado".
En un artículo titulado "El Banco Central de Cuba como instrumento represor del régimen", el economista Elías Amor comienza aclarando que "la nueva resolución reconoce que el incremento del uso del dinero en efectivo en las transacciones económicas y financieras ha provocado un retroceso de los niveles de bancarización e inclusión financiera en el país", por lo que el gobierno "se siente desbordado y pretende recuperar el control. Y ofrece argumentos precarios para justificar este nuevo giro de la política económica".
Sin embargo, los sujetos sometidos a la resolución son prácticamente todos los actores económicos, lo cual supone un esfuerzo organizativo para muchos de ellos, especialmente para los privados y de dimensiones más reducidas, que tendrán que optar por mecanismos de defensa que probablemente los arrastren a la actividad informal.
"Ellos tendrán que adaptarse a la exigencia del régimen, pese a que sus preferencias por los cobros y pagos en efectivo de las operaciones con el banco se suelen organizar con las entradas y salidas de efectivo, bien de forma directa y presencial, o por medio de cheque u otro instrumento de pago emitido para ser cobrado en efectivo por su beneficiario. Esta opción se convierte en problemática a partir de la nueva resolución. Al menos en el ámbito de la economía formal. Pero si no lo hacen, se pueden ver confiscados", detalla Amor.
Con el BCC como mecanismo represor del régimen, los actores –los que realizan actividades comerciales y de servicios legalmente autorizadas– tendrán que cumplir con la normativa bajo amenaza y dicen que "se han sentido presos de un “corralito” financiero de mal gusto, a destiempo", lo cual el economista atribuye a que el régimen debe estar en una muy mala situación financiera para que, "de la noche a la mañana, con nocturnidad y alevosía, las autoridades den un volantazo inesperado a su sistema bancario, cuyas consecuencias pueden ser nefastas para la economía".
"Las decisiones jerárquicas de espaldas a la realidad suelen salir mal. Estas serán un buen ejemplo", considera el analista.
Dice que de este "latigazo del régimen al sector privado" puede esperarse "que muchos actores, sobre todo los más pequeños y de menor capacidad para asumir las exigencias del BCC, podrán optar por la actividad informal, concentrando sus recursos y prioridades en dicho sector, en el que es más fácil encontrar lo que se busca, y donde incluso se puede generar al mismo nivel que el mercado cambiario, un mercado financiero que supla las carencias y exigencias del sistema estatal. Ese mercado bancario privado cubano puede estar más cerca que nunca y contribuir a consolidar estructuras que en este momento no lo consiguen por las trabas comunistas", concluye Amor.
Por su parte, el economista Pedro Monreal calificó la medida de otra “espada mágica” del régimen. "Primero fue la Resolución 148/2023 sobre fichas de costo y ahora sale esto de la “bancarización”. Lo que se dice “vital”, esto realmente no lo es. Vital es la seguridad alimentaria, reducir pobreza, contener inflación y subir salarios y pensiones¡Enfóquense", aclaró.
Asimismo, considera el comunicado del BCC muestra lo preocupante del mecanismo de causalidad que se establece entre efectivo e inflación. "El crecimiento de las operaciones con efectivo no es la “consecuencia” de la inflación. Esta puede tener varias causas y el exceso de circulante es una", afirmó.
Explicó que "el dinero digital reduce la circulación de efectivo (papel y metal) porque lo reemplaza parcialmente, pero no reduce la liquidez. Lo que pudiera haber ocurrido es que la cantidad de dinero papel circulada por el BCC hubiese sido intencionadamente menor que la necesaria".
El arquitecto cubano Julio Herrera mostró preocupación por lo que "ya evidentemente tenían planificado para la economía en Cuba".
"Pobre del iluso que pensó que podía tener una Mipymes sin la intervención del régimen controlándoles su movimiento de dinero. Esto está pensado para que los únicos que se puedan enriquecer con las aperturas económicas sean ellos, los demás se verán obligados a cerrar sus pymes y pobre del que pidió un préstamo al banco para comenzar su negocio, lo que puso de colateral lo perdió", aclaró.
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