Una cubana madre de dos niños denunció la extrema pobreza en la que vive, según trascendió en un reportaje del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).
Irisleydis León Figueredo tiene dos niños, uno de nueve y otro de cinco años, sin las condiciones mínimas para sobrevivir.
Según contó a los miembros del OCDH, no tiene dinero, pero tampoco puede trabajar porque no tiene quien le cuide a sus hijos.
León Figueredo habita un casa improvisada hechas con planchas de fibrocemento amarradas con alambre.
El techo está lleno de hoyos y la estructura se está cayendo. En su testimonio apuntó que actualmente está viviendo en la casa de su madre porque la suya no tiene las condiciones y está cada vez más crítica.
Su situación se repite a lo largo y ancho del país, donde familias con varios hijos llevan años esperando sin éxito por un lugar digno donde vivir y viven en la extrema pobreza.
En junio trascendió el caso de Noemí Grasset Morell, una madre de cinco niños y embarazada de un sexto bebé, quien denunció la extrema pobreza en la que vive en el municipio Jesús Menéndez, en Las Tunas.
Su casucha de tablas y techo de guano no cuenta con las condiciones mínimas y los organismos encargados de tomar el control de su situación y darle una ayuda no parece interesarles su caso.
Previamente, una madre soltera con siete hijos, denunció que lleva casi un quinquenio pidiendo ayuda al gobierno para la construcción de una vivienda sin recibir respuesta.
De sus siete niños hay uno que padece asma bronquial y ella también es una persona enferma, ha sido operada cinco veces, ha sufrido dos infartos y dos paros cardíacos, pero aún así trabaja porque su salario es su único ingreso.
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