El asesor ruso para las reformas del mercado en Cuba y jefe del Comité Empresarial Cubano-Ruso, Boris Titov, afirmó que “Cuba es hoy la Unión Soviética de finales de los 80” y que es un nicho de oportunidades de mercado.
“Cuba hoy es Rusia, más precisamente la URSS de finales de los 80. Básicamente, todo está prohibido, pero algo ya está permitido. Los restaurantes cooperativos ya están funcionando”, afirmó Titov durante una reunión con miembros de la Asamblea Empresarial de Moscú.
Según el asesor económico, en Cuba sigue existiendo una enorme economía sumergida y dolarizada que necesita aflorar, para lo cual se requieren reformas políticas y “una reforma completa del mercado”.
“Todavía hay pocos inversores en Cuba, salvo los españoles. Porque la regulación sigue siendo estrictamente comunista. Hasta ahora no hay mucho mercado allí. Pero hay oportunidades”, dijo uno de los principales asesores económicos de Vladimir Putin.
Treinta y tres años después de la caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética, Titov consideró que ahora las autoridades cubanas están pensando cómo empezar a abrirse al mundo.
“Que Cuba se abra con todas sus magníficas posibilidades al mundo y que el mundo se abra a Cuba”, dijo el Papa Juan Pablo II el 21 de enero de 1998 al llegar a la Isla.
Tres años antes, en 1995, la Unión Europea (UE) elaboraba un documento explicando “por qué una transición pacífica y lograda en Cuba hacia la economía de mercado y el pluralismo político requiere inevitablemente la creación de nuevos vínculos internacionales y regionales”.
“Desde 1989, tras la desaparición del CAME, que supuso la ruptura de su único vínculo internacional, se han producido cambios en Cuba. Se han adoptado ya reformas económicas y otras han sido anunciadas. La apertura de todos los sectores de la vida cubana al mundo exterior, aunque sea progresiva, tendrá profundas repercusiones en términos de cambios sociales”, indicaba la COM (95) 306 final de la UE.
Décadas más tarde, el Vaticano y el bloque europeo siguen esperando esa apertura que deseaban y anunciaban en los 90, y que el régimen cubano no ha realizado, a pesar de constantes maniobras y declaraciones apuntando a “cambios” que nunca acaban de ser sustanciales y que solo pretenden maquillar un sistema esencial para mantener el poder totalitario del régimen.
“Creo que habrá un desarrollo serio con el apoyo del Estado”, dijo el jueves Titov, quien visitó La Habana a finales de enero acompañado de expertos rusos del Instituto de la Economía de Crecimiento Stolipin, con el objetivo de crear un Centro de Transformación Económica para impulsar reformas en la economía cubana.
Resaltando la asistencia rusa a Cuba, principalmente con recursos energéticos, el empresario insistió que Cuba requiere una reforma completa de mercado que anime a los inversores rusos a “desarrollar nuevos mercados prometedores”, según la Revista de Mercados Financieros Financial One.
Para el laboratorio de ideas Siglo XXI, una organización independiente de la sociedad civil cubana con sede en Madrid, el acuerdo para crear un Centro de Transformación Económica que impulse reformas en la economía cubana, confirma su “transición hacia un Estado mafioso de mercado como el de Putin”.
“Aquellas fuerzas que en países democráticos con Estado de Derecho y libre mercado vienen abogando por relaciones constructivas con la elite de poder cubana deben desechar ilusiones y tomar debida nota de que ésta ya ha decidido, formal y públicamente, ‘modernizar’ su Estado mafioso en estrecha alianza con el peor enemigo de Occidente en este momento: la Rusia de Putin”, expresó el centro en un comunicado.
A mediados de mayo, Titov desveló que el régimen cubano había ofrecido a empresas rusas el derecho a hacer uso en usufructo de la tierra de la isla por un plazo de 30 años. "Nos están dando un trato preferencial", admitió Titov en un discurso en el Hotel Nacional, en el que añadió que "el camino es claro", pues se trata de un privilegio rara vez concedido a empresas extranjeras en Cuba.
Durante su intervención Titov presumió de que las autoridades caribeñas han abierto de forma decisiva las puertas a un rápido incremento de las inversiones rusas en Cuba, para lo cual cuentan con importantes beneficios que ofrecer.
Además de la cesión de tierras en usufructo o exenciones impositivas, Titov hizo alusión a otros planes conjuntos, como la pronta apertura de una tienda para la venta a la población en la isla de productos rusos.
“Se está haciendo mucho para los inversionistas rusos, hay condiciones preferenciales”, dijo Titov en enero pasado. “Todo saldrá bien”, manifestó el pasado jueves, en referencia al centro comercial con productos alimenticios y bienes domésticos rusos que piensan abrir en La Habana.
El optimismo de Titov y su comparativa de las condiciones actuales de Cuba con las de la Unión Soviética de finales de los 80 hacen temer una asesoría para la apertura del mercado similar a la llevada adelante de la mano de Boris Yeltsin: unas reformas que llevaron la transición rusa del socialismo al capitalismo de la mano de la corrupción, las prácticas mafiosas y la creación de una oligarquía cleptócrata que terminó funcionando como brazo económico del régimen de Putin, marcadamente autoritario, represor e iliberal.
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