El doctor cubanoamericano Marlow Hernández renunció como presidente de Cano Health, un importante conglomerado de clínicas para atención primaria de Miami que atraviesa por una crisis de liderazgo y dificultades financieras.
Hernández, un emprendedor millennial que transformó un pequeño negocio en una poderosa corporación de cuidados médicos para personas mayores y comunidades desatendidas, hizo efectiva su renuncia tras encabezar la empresa desde 2009.
"Durante casi 15 años, el doctor Hernández ha perseguido una poderosa misión para mejorar la salud del paciente mediante la prestación de atención primaria de alta calidad a las comunidades predominantemente desatendidas", dijo Salomón Trujillo, jefe de la junta directiva de Cano Health en un comunicado citado por el sitio Fierce Healthcare. "Ahora, en este punto de inflexión crítico en la trayectoria de Cano Health, hemos llegado juntos a la conclusión de que necesitamos identificar a la persona adecuada para llevar a Cano Health al siguiente nivel, un operador probado que, como presidente de la junta de dirección, pueda acelerar la ejecución del plan de creación de valor de la compañía para impulsar un crecimiento rentable sostenible para nuestros accionistas".
Hernández, de 35 años, que ocupaba el cargo de presidente ejecutivo desde 2014, seguirá formando parte del consejo de administración de la empresa. El director de estrategia de Cano Health, Mark Kent, fungirá como presidente interino mientras la compañía emprende una búsqueda externa de un sucesor permanente.
La decisión se produce en momentos de gran inestabilidad para Cano Health, que fue un punto de referencia en la atención de salud en la comunidad de Miami por la última década.
Hace exactamente dos años, en junio de 2021, Cano Health completó un acuerdo comercial que le permitió entrar al mercado bursátil de Wall Street con el propósito de acelerar su crecimiento empresarial.
La empresa salió a la bolsa por un valor de $4,400 millones de dólares. Actualmente gestiona 172 centros médicos en 10 estados y atiende a 388,000 afiliados, de los cuales 207,000 tienen cobertura de Medicare. Su clientela está formada por un altísimo porcentaje de pacientes hispanos, especialmente cubanos.
Cano Health escalaba así a la cúspide del sueño americano cumplido por una familia cubana de Cienfuegos, que emigró en 1992, y se labró un futuro de bienestar a fuerza de trabajo y sacrificios.
Su familia -madre odontóloga y padre arquitecto- se arriesgó a salir de Cuba y cruzar varias fronteras latinoamericanas con el objetivo de llegar a Estados Unidos.
En 2009, la madre de Hernández logró abrir una pequeña clínica dental y con el tiempo el joven doctor amplió esa visión a partir de la necesidad que había de una medicina que conectara más al paciente con el médico. Fue el nacimiento de Cano Health.
"Siéntase seguro y sano con Cano", se convirtió en lema de la compañía en ascenso.
El doctor Hernández era presencia regular en los medios de comunicación del sur de Florida y Cano Health patrocinaba programas de televisión y múltiples espacios en emisoras locales.
En algún momento se le consideró una estrella fulgurante en la industria de la salud, una suerte de "Elon Musk de la salud", de acuerdo con la definición del inversionista Barry Sternlicht, uno de los principales accionistas de Cano Health.
Pero desde entonces la empresa se vio envuelta en un desgastante drama interno de su junta directiva y los accionistas, y las pérdidas de ingresos que desplomaron el valor de sus acciones en Wall Street.
En marzo, tres consejeros de Cano Health, entre ellos Sternlicht, dimitieron en protesta por la gestión de la empresa de atención primaria e intentaron activamente destituir a Hernández.
El grupo de accionistas, que posee una participación del 36% en la empresa, reclamó la dimisión del consejo de administración de la empresa, manifestando inconformidad por la gestión de Hernández como presidente, y pidió "cambios urgentes de liderazgo y estrategia".
Los accionistas observaron la rentabilidad de Cano había bajado un 83% durante el último año, con una caída del 92.5% desde que la compañía salió a la bolsa en 2021.
Las críticas se sumaron también debido a que Cano Health consumió desde entonces un capital de aproximadamente $535 millones de dólares. Además, la compañía utilizó la mayor parte de los $1,000 millones de dólares de capital de deuda recaudados.
En marzo, Cano Health anunció que había solicitado un préstamo de $150 millones de dólares ante la disminución de su tesorería. Sus pérdidas aumentaron a $60 millones en el primer trimestre del año.
Para el 31 de marzo de 2023, la liquidez total de la empresa era de $152 millones de dólares.
Las acciones de Cano Health se cotizaron en la última semana hasta $1.45 dólares, una caída estrepitosa de los $16 dólares que llegaron a valer en 2021.
Si las acciones caen por debajo de un dólar durante un largo periodo de tiempo, la empresa tendría probablemente que salir de las cotizaciones de Wall Street.
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