Después de dos años de búsqueda, Jennifer Lopez y Ben Affleck compraron una espectacular mansión en en Los Ángeles, California, por la que pagaron 61 millones de dólares.
Ubicada en una de las zonas más caras de la ciudad de Beverly Hills, la propiedad mide más de 20,000 metros con 12 habitaciones y 24 baños, además de vestíbulo, cocina, comedor, bar, sala de estar, sala principal y family room.
Conocida como la Mansión Wallingford, su arquitectura está inspirada en el castillo Le Petit Trianon, con vistas magníficas a las montañas de Malibú, un enorme techo abuhardillado y amplios jardines y terrazas.
Según el portal TMZ, cuenta con una piscina de 47 metros y un complejo deportivo cubierto único en su tipo, con canchas de baloncesto y de pickleball, gimnasio y ring de boxeo.
Para relajarse hay una sala de televisión, una de cine, bodega de vinos, spa con salón de belleza, sauna y cuarto de masajes.
El nuevo hogar de una de las parejas más famosas de Hollywood tiene dos entradas, a las que solo se puede acceder a través de calles privadas o cerradas.
Posee un garaje para 12 carros, además de un estacionamiento afuera de la calle para otros 80 autos.
Para alojar a las visitas hay disponible un ático de 5,000 pies, y además, hay una casa para el cuidador y una caseta de vigilancia con dos dormitorios.
El inmueble llevaba cinco años en el mercado. Salió a la venta en 2018 por 135 millones de dólares, y este año volvió a ofertarse por 75 millones. JLo y Afflet pagaron casi 15 millones menos, y cerraron el trato de compra en solo una semana.
Construida en el año 2000, la propiedad ha pasado por varios dueños, entre los que se encuentra Curtis Somoza, un estafador que cumple una sanción de 25 años.
Otro de sus inquilinos fue el príncipe saudí Majed Abdulaziz Al-Saud, quien fue arrestado en la misma mansión al ser acusado de abusar sexualmente de varias mujeres allí, imputaciones que más tarde no procedieron por falta de pruebas.
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