Una cubana compartió en redes sociales un conmovedor encuentro que tuvo en las inmediaciones del Capitolio habanero con un anciano que le pidió pan porque tenía hambre.
La internauta, identificada como Irina Diéguez Toledo, relató en Facebook que poco antes de las nueve de la noche del domingo regresaba de trabajar cuando se encontró con un señor de la tercera edad que le pidió “un pan”.
La fuente señala que tras contestarle al anciano que no tenía pan ni alimento alguno encima, pero que podía darle 50 pesos, el anciano comenzó a llorar y le dijo que eso era “mucho dinero”.
En ese momento el abuelito sacó 20 pesos del bolsillo y le dijo “tengo dinero, pero necesito un pan”.
Diéguez Toledo dice que le sugirió al anciano que juntara el dinero que él tenía y el que ella le daba para comprarse pan.
“Él comienza a hablar de Dios, y yo me voy triste. Son las 8:50 de la noche de un domingo cualquiera”, concluyó la internauta su desgarrador testimonio, que generó cientos de comentarios, algunos de ellos dando cuenta de situaciones similares.
La anécdota confirma la extrema vulnerabilidad de los ancianos en Cuba, muchos de ellos víctimas cada vez más de la escasez de alimentos, ante el drama de unas pensiones irrisorias y una inflación desbocada.
“¡Qué testimonio tan triste! Es desgarrador que las personas lleguen a la tercera edad sin siquiera tener la posibilidad de comer un pan, vivir en una vivienda digna y tener garantizados los servicios esenciales para descansar y disfrutar de paz y tranquilidad”, lamentó un usuario de la red social.
“Más que duro, triste, vergonzoso, humillante...pensar la cantidad de años que se ha trabajado, llegar a la vejez confiados en una vida digna y que muchos estén así, y está bueno ya de echarle la culpa al Bloqueo, señores, ese cuento ya está demás”, sentenció otro internauta.
“Hace unos meses atrás vi una señora frente al gobierno de 10 de Octubre comiendo de la basura del piso, mientras dos hombres la observaban desde la puerta del Gobierno como si nada...Yo venía con mi niña haciendo una caminata matutina y realmente no tenía monedero o dinero encima para darle, solo mi pomo de agua, pero hasta hoy me duele no haber podido ayudarla mientras esos zánganos del Gobierno la observaban como si nada”, relató una comentarista.
Es un hecho que cada día es más común encontrar en Cuba a personas que sobreviven pidiendo limosnas, buscando restos de alimentos en la basura e incluso durmiendo en la calle.
La mendicidad se ha incrementado de forma notable en la isla en un contexto marcado por la inflación, la escasez de productos básicos y los bajos salarios y jubilaciones.
En los últimos meses personas con alguna discapacidad mental o física o ciudadanos sin familia o sin casa deambulan solos o a veces acompañados de una mascota. Se les puede ver tirados sobre cartones viejos en calles, parques, portales y paradas de guaguas de todo el país.
Paralelamente, en redes sociales cada vez más cubanos han hecho notar la gravedad del fenómeno de la mendicidad, una realidad que durante décadas el régimen aseguró que no se podía encontrar en las calles del país.
DatoWorld, un reconocido observatorio electoral internacional que evalúa parámetros como el ingreso per cápita, el acceso a los servicios de salud, a la seguridad social, la alimentación y espacios de la vivienda, dio a conocer en días recientes que Cuba es actualmente el país más pobre de América Latina, con un 72 por ciento de índice de pobreza.
En medio de la falta de atención de las autoridades, la iglesia y activistas desarrollan iniciativas para ayudar a los más necesitados.
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