El director y crítico se queja de que su trabajo no fue seleccionado para competir. 'Espero que el Festival no se contagie con este envejecimiento que nos está comiendo los huesos', dice.
El director y crítico cubano Enrique Colina ha retirado su documental Los bolos en Cuba y una eterna amistad del próximo Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, por desacuerdos con la comisión de selección del evento.
El realizador, que durante más de 30 años dirigió el popular programa de la televisión estatal 24 por segundo, se quejó de que su trabajo no fue elegido para competir en la edición 33 del Festival, que comenzará el próximo 1 de diciembre, y "pasó al recurso de consolación —la sección Hecho en Cuba—, concebida más para evacuar la producción nacional que se considera no apta estética —o políticamente incómoda—". "Reclamo mayor rigor intelectual a la comisión de selección del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano", dijo Colina en un mensaje recibido en la redacción de DIARIO DE CUBA. "La exclusión del ámbito competitivo supone una pérdida significativa de resonancia pública, una suerte de censura blanda, como lo fue la que impidió que el año pasado compitiera en la categoría de ficción el filme Memorias del Desarrollo, del realizador Miguel Coyula, y esto a pesar de los méritos que la avalaban artísticamente", opinó.
Colina dijo que, en el caso de su documental, la explicación oficial fue que "a la comisión le pareció demasiado largo y había tantos documentales...". "Indagué si podía existir alguna razón política y la respuesta fue negativa", señaló. "Decidí retirar el documental de la sección consoladora". El realizador coincidió en que "tratándose de un festival latinoamericano realizado en Cuba, ninguna cinematografía nacional de la región debe ser privilegiada. Como que también es potestad de cualquier festival elegir o no un filme para su participación". "Ahora bien, tratándose de un festival que pretende mostrar lo más significativo y valioso de la producción audiovisual de cada nación latinoamericana, supongo que el criterio selectivo para escoger las obras de cada país debe basarse en consideraciones estéticas, de forma y contenido, serias y no superficiales", dijo. "El aspecto en el que a mi juicio la selección debe resultar profesionalmente consecuente y responsable, invalidando el subjetivismo ramplón, es en su coherencia con el objetivo esencial del festival, a saber, abordar temas controvertidos de diferentes realidades nacionales", agregó.
Los bolos en Cuba y una eterna amistad aborda "cómo los cubanos recuerdan los treinta años de presencia y padrinazgo soviético" en la Isla, "veinte años después de haber perdido la cuantiosa ayuda que sirvió de sostén material a la Revolución cubana y también de parangón político, como modelo de 'socialismo real', del que se copiaron unos cuantos errores de los que hoy se abjura", dijo su director. "Este tema del que tan poco se ha hablado después de la desaparición de la URSS y que marcó la existencia cotidiana de cada uno de nosotros, no al nivel de las cimas de la alta política sino desde la perspectiva de la lata de carne rusa y los muñequitos, y también como espectadores pasivos de la dócil unanimidad de nuestros representantes en nuestras asambleas y el verticalismo de nuestro proceso, considero que bien vale por su significación cultural y política una apreciación ideológica más certera", afirmó Colina. Expresó "respeto y reconocimiento (…) por el valor político y cultural del festival", pero el evento "no tiene por qué confiarse en la excelencia de su pasado", advirtió. "De corazones ciegos estamos rodeados y el precio de una fe muda lo estamos pagando con el deterioro de muchas cosas valiosas", dijo Colina en su mensaje, fechado el 15 de noviembre. "La vejez trae sabiduría, pero también decrepitud, espero que el festival no se contagie con este envejecimiento que nos está comiendo los huesos".
La queja de Colina sigue a la de otro realizador, Eduardo del Llano, quien hace poco más de una semana publicó en su blog que su ópera prima, Vinci, tampoco fue seleccionada para competir en el Festival. "La Comisión que selecciona las películas rechazó mi ópera prima, a pesar de que la película fue producida, e inscrita en el Festival, por el ICAIC, y lanzó el último corto de Nicanor, Exit, a la sección Hecho en Cuba, que garantiza una, y solo una, exhibición durante el Festival, pero no da derecho a competir por los premios principales", dijo Del Llano. Añadió que la comisión también rechazó "un número ingente de producciones cubanas". "Desconfío de un Festival que, debiendo promover el cine nacional, rechaza mi película, privándola de la posibilidad de competir en la palestra de diciembre", cuestionó el autor de Monte Rouge. El Festival, "por más internacional que sea, tendría que dar una oportunidad al producto nacional de entrar en la lid", dijo, y se preguntó "qué esclarecidos cerebros, qué profundos conocedores y teóricos del cine, detrás de esa barricada —o más atrás todavía— deciden lo que merece vivir y lo que no". Del Llano es el realizador de cortometrajes de producción independiente conocidos como la "serie Nicanor", caracterizados por sus críticas con un corrosivo toque humorístico. Vinci, su primer largometraje, está basado en el breve encarcelamiento que padeció Leonardo da Vinci (1452-1519) a los 24 años, en Florencia.
El director consideró que una de las rezones para excluir su filme podría ser "algún tipo de suspicacia política". La dirección del Festival dijo que la decisión "no obedece a valoraciones artísticas ni de otra índole, sólo temáticas". Le propuso incluir su filme de manera "excepcional" en la sección Panorama Latinoamericano, pero Del Llano rechazó esa opción. El presidente del Festival, Alfredo Guevara, salió al paso de las críticas de Del Llano diciendo que en el evento no hay privilegios para Cuba. Afirmó que películas cubanas de directores "más importantes" que él tampoco fueron seleccionadas, informó EFE. "Siempre me encontré con un problema a resolver: la no comprensión de la parte cubana de que por ser sede no fuésemos privilegiados", dijo Guevara, quien añadió que ningún director suele estar conforme con que sus películas no sean seleccionadas. "No lo vamos a ser (privilegiados) mientras yo esté aquí (...) Y a mí hay que sacarme de aquí a cañonazos (...) El día en que encuentren a alguien, me voy tranquilamente. Pero tiene que tener mis propias convicciones, y mis convicciones son de que América Latina es una conjunción de países que se tienen que respetar en condiciones de igualdad y que sus alianzas tienen que ser en condiciones de igualdad", sostuvo.
El Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana se celebrará del 1 al 11 de diciembre, con la exhibición de 526 obras de 46 países, de las que 121 participarán en las seis categorías de concurso establecidas. Fuente: Diario de Cuba
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