El cubano José Ramón Falcón Gómez murió este miércoles tras ser impactado por dos carros que participaban en una carrera ilegal en Cienfuegos, según aseguró el hermano.
El hombre se dirigía a su trabajo cuando ocurrió el accidente que le quitó la vida, explicó a través de un video en Facebook su hermano Osmel Cárdenas.
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"Para todos los amigos y familiares le estamos enviando nuestras condolencias", agregó.
En otra publicación de Facebook, Cárdenas especificó que el incidente ocurrió en la zona de Rancho Luna, muy cerca de la playa; aunque no ofreció más detalles sobre los vehículos ni los choferes implicados en el accidente.
Falcón Gómez será sepultado en el panteón que tiene la familia en el cementerio de Santa Clara.
En Cuba es ilegal realizar carreras de vehículos sin la correspondiente autorización de la Policía Nacional Revolucionaria, que podrá decomisar los medios de transporte implicados en la violación del artículo 108 del Código de Seguridad Vial (Ley 109).
Aunque la ley sanciona este tipo de infracción, es un problema que preocupa a muchos cubanos, quienes ven afectadas su tranquilidad y salud emocional al sufrir este tipo de incidente.
El escritor cubano Nelson Simón criticó hace unos meses a la policía de Pinar del Río por permitir que motoristas de esa ciudad hicieran carreras ilegales.
"Parecen desafiar la noche, el silencio. Arrancan. Las calles convertidas en pista de motocross. Se alejan y a los pocos minutos vuelven. Repiten la misma operación. ¿Dónde está la policía?", preguntó.
No es posible determinar una cifra exacta de muertes en el mundo provocadas por las carreras ilegales de vehículos, ya que este tipo de actividad no se registra oficialmente. Además, es probable que las cifras varíen según la región o país en el que se realicen estas carreras, así como también depende de la cantidad de participantes, la velocidad y la peligrosidad del circuito en el que se llevan a cabo.
Sin embargo, es importante destacar que las carreras ilegales de vehículos son consideradas una actividad extremadamente peligrosa, ya que se llevan a cabo en condiciones no controladas y a menudo implican la conducción temeraria y el uso de vehículos modificados o no aptos para la velocidad. Las consecuencias pueden ser graves, no sólo para los conductores involucrados, sino también para los espectadores y otros usuarios de la vía pública.
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