Bicampeón olímpico Mario Kindelán: Los primeros traidores son los que dirigen el deporte

"Apenas salí de Cuba, el INDER me retiró los 7,400 mugrosos pesos de mis medallas de oro olímpicas. Tal parece que dejé de ser dos veces campeón olímpico"

Mario Kindelán, bicampeón olímpico boxeo © Cortesía CiberCuba
Mario Kindelán, bicampeón olímpico boxeo Foto © Cortesía CiberCuba

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Este artículo es de hace 1 año

A la hora de hablar de un boxeador fuera de liga, un extraclase que antes de subir al ring era prácticamente un seguro ganador, uno de los primeros que nos viene a la mente es Mario Kindelán, elegante, inteligente, golpeador con ambas manos, de magníficos movimientos encima del ring, doble campeón olímpico y triple mundial, genuino exponente de la Escuela Cubana de Boxeo.

Después de declararse siempre un ferviente seguidor de las ideas revolucionarias, después de renunciar a muchas propuestas para adentrarse en el boxeo profesional, ha tenido que trasladarse a otro país a entrenar atletas de esa nación en pos de una mejoría que en el suyo no alcanzaba… ¡realidad triste pero que se ha convertido en cotidiana!


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En estos momentos estoy en Bahréin, un emirato de la costa oriental de la península arábica ubicado en el golfo Pérsico. Esto es una locura, algo con lo que no podía soñar: son 36 islas unidas por monumentales carreteras y descomunales puentes.

Soy entrenador del Grappling Club y en el poco tiempo que llevo aquí ya he reunido, comprados con mi salario, 20 pares de guantes para hacerlos llegar a la EIDE de Holguín. Me quitaron mis 7,400 pesos como campeón olímpico, pero yo no olvido a mi gente.

¿Cómo llegas a Bahréin, por Cubadeportes o por contrato libre?

¿Cubadeportes? Jajajaja. No me hagas reír. Resulta que los federativos del boxeo de este país habían contactado en reiteradas ocasiones con directivos del INDER para contratarme y tanto en Holguín como en La Habana aseguraban que yo no estaba disponible, que si querían ellos le enviaban a otro entrenador.

Pero siempre la respuesta era la misma: ellos me querían a mí, a nadie más. Julita ¿te puedes imaginar que esos mismos dirigentes me decían a mí que yo no tenía las condiciones necesarias para trabajar en la selección nacional o en la ESPA nacional?

Y es que para nadie es un secreto que nuestros dirigentes deportivos ponen y quitan, no por la calidad del entrenador sino por conveniencia propia. Muchos, muchísimos no fueron deportistas.

Nuestros dirigentes deportivos ponen y quitan, no por la calidad del entrenador sino por conveniencia propia

En la actualidad prácticamente no existen campeones olímpicos como técnicos en el alto rendimiento. ¿Por qué? Porque los jefes que nunca practicaron deportes ¿qué le van a decir a un monarca olímpico, a un titular mundial? Tratan de buscar personas que se les sometan, no que dominen su profesión ¡esa es la verdad!

¿Y cómo es que al fin te contactan?

¡Muchacha… por la magia de internet! Por un mensaje que me llegó por Facebook en el cual mostraban interés en que yo entrenara a un grupo de púgiles. Me explicaron las condiciones y por supuesto que acepté. A los dos meses estaba listo y cuando llegué aquí fue que me enteré de que ellos habían mostrado interés en mi trabajo desde hacía tiempo, pero que llamaban al INDER.

Gracias a Dios existe internet y pudieron contactar conmigo personalmente. Parece que los directivos cubanos querían que Mario Kindelán muriera debajo de un puente en la calle, sin posibilidad alguna de vivir como un ser humano.

Cortesía CiberCuba

¿Para el bicampeón olímpico Mario Kindelán qué representó su entrenador Julián Ricardo González Cedeño?

Para mi vida deportiva Cedeño lo representa todo. Desde que entré al equipo nacional en 1990 hasta el último día de mi carrera, año 2004, después de coronarme en los Juegos Olímpicos de Atenas.

Cedeño fue un padre para mí; éramos amigos, hermanos, Poseía todos los conocimientos, toda la experiencia para ser jefe del colectivo técnico pero la guerra existía. No querían a nadie que hubiese pertenecido al equipo del profe Alcides y fue así que buscaron técnicos que nada tuvieran que ver con ese staff ¡craso error! Si me preguntas aún no sé verdaderamente qué sucedió.

Sin mencionar nombres puedo decir que cuando algo así sucede es que uno de ese maravilloso colectivo, que tantos lustros condujo el fundador de la Escuela Cubana de Boxeo, profesor Alcides Sagarra, actuó cual Judas Iscariote. No sé por qué siempre tiene que haber un traidor pero aquí lo hubo.

Puede ser que sí, hay indicios pero de eso es mejor no hablar.

Precisamente ¿qué me dices de Alcides?

¿Qué decirte del maestro de maestro al cual obligaron a dejar su escuela precozmente? Alcides podía haberle aportado al menos 10 años más de su sapiencia a nuestro boxeo… y ten cuidado.

Pero además, vamos a suponer que estaba enfermo como aseguraban. ¿Por qué excluirlo de golpe y porrazo? Le quitaron su vida totalmente; su vida era el boxeo y se lo arrebataron.

Muchas, muchísimas personas que hoy están dirigiendo el boxeo (yo personalmente los vi, tengo vivencias, anécdotas que los muestran aparentemente respetándolo) se agarraron de vilezas para echarlo a un lado. Échale un vistazo a la actual dirección del boxeo cubano y verás algunos nombres.

¿Qué pasó con la famosa pelea de revancha con el británico Amir Khan, a quien derrotaste en la final de Atenas 2004?

Otro ejemplo más de que los atletas somos meros instrumentos, marionetas que pretenden mover sin tener en cuenta al ser humano. Yo regresé de Atenas y estuve ocho meses inactivo, sin entrenar. Entonces me avisan que Cuba había aceptado una pelea entre el inglés y yo ¿puedes imaginar? Yo hacía ocho meses que no veía actividad, que no entraba a un ring, que no hacía una pesa, es más que no iba a La Habana. Y claro que mi respuesta fue un rotundo no.

Cuando llego al INDER me explican que ya se había cobrado un dinero, que esa pelea no iba a ser divulgada en el país, que era un combate para tratar de unir las relaciones entre Gran Bretaña y Cuba ¡tremenda muela! Y por supuesto, no acepté.

El promotor de American, Frank Warren, había pagado un cuarto de millón de dólares por esa pelea al organismo INDER; que claro yo no lo supe hasta ese momento. O sea, conmigo nunca contaron: un títere ¿o no? Increíble a un deportista como yo, siempre fiel ¿de qué me valió? Se iban a endosar el dinero, así como así, sin yo saber nada.

En la historia del boxeo cubano después de 1959 jamás se había permitido algo así; incluso, la tan divulgada pelea de Teófilo con Muhammad Ali, al final nunca se dio. Y querían que yo me enfrentara a un magnífico púgil que venía preparándose para la revancha, que ya había entrado al profesionalismo… ¡sin yo saber nada y sin tener la menor preparación!

De veras que a ti te han hecho unas cuantas Kinde.

¡Y lo dices! ¿Podemos decir lo que pasó con nuestra entrevista el pasado diciembre?

Por supuesto. Yo no tengo ningún problema con eso. Yo te hablé para hablar de tu vida como boxeador, tus éxitos y qué hacías en ese momento, diciembre de 2022 y tú accediste gustoso. Y después, me escribiste diciéndome que si yo sabía quién era Roberto Ramírez, que habías recibido una amenaza de él. Claro que lo recuerdo ¿por qué?

Para aclarar, yo estaba respondiendo tu cuestionario cuando llegó Carlos, jefe de actividades deportivas de Holguín, para felicitarme por el año nuevo y se enteró de que yo te respondía a ti una entrevista para CiberCuba.

No había pasado una hora cuando regresó con el mensaje de ese Roberto que yo no sé quién es, que no podía dar ninguna entrevista si no lo consultaba con él, que las “cosas” que me tenían presentes para 2023 (posiblemente un auto) se podían esfumar por completo.

Exacto. Y entonces yo te dije: "otro día hacemos la entrevista Kinde; hay más tiempo que vida. Aprovecha lo que te van a dar, aunque sea producto de una extorsión tan vil como ésta".

Así fue, hay más tiempo que vida Julita. Y mírame ahora en este país de ensueño respondiendo tus preguntas. Es que, si analizas, hay que quitarse la careta y se sabe que los que dirigen nuestro país, el presidente, el vicepresidente no saben o no quieren saber qué se está haciendo con el deporte.

Los que dirigen nuestro país, el presidente, el vicepresidente no saben o no quieren saber qué se está haciendo con el deporte

La única justificación que se esgrime en la decadencia de nuestro deporte es que si hay entrenadores para aquí y para allá. ¿Y por qué se van? Por mejorar, sí, pero fundamentalmente porque los que están dirigiendo nada saben del deporte, esos que ni Educación Física dieron en sus vidas.

¿Cuántos campeones olímpicos tiene Cuba? Del boxeo, por ejemplo, siempre se dio una imagen de que los boxeadores son brutos, analfabetos; sin embargo, los hay máster en ciencias, doctores, licenciados. ¿Quiénes dirigen, algún campeón olímpico?

Mucha razón tienes y, a propósito, en relación con el boxeo ¿goza de buena salud el deporte de los puños cubano en la actualidad?

Respetando a nuestros púgiles, desde Chocolatico Pérez hasta los muchachos que se suben por estos días a los cuadriláteros representando a la Escuela Cubana, el boxeo cubano no está bien.

¿Cómo es que desde 1968, México 68, hemos eslabonado triunfos increíbles en Campeonatos Mundiales, Juegos Olímpicos, Panamericanos y ahora, pronósticos verdaderos de medallistas de oro no se pueden dar?

En Tokio 2020, sin quitar el mérito de los muchachos, no podemos hacer un análisis verdadero si tenemos en cuenta la repercusión del COVID en muchos países. Esa fue una Olimpíada que sí, se le agradece a los japoneses, pero por ella no podemos medir nada. La pandemia, lamentablemente, fue la gran campeona y Tokio no es un medidor, ni para nosotros, ni para los demás.

Entonces, una vez repuesto el planeta del COVID ¿cuáles han sido los méritos de nuestros púgiles? ¿Tú crees que no hay preocupación para los Juegos Centroamericanos y del Caribe? Si Cuba era el primer lugar fácilmente en el certamen de boxeo; eso no se discutía.

Y yo me pregunto ¿si ahora tenemos más licenciados, más másters, más doctores en ciencias por qué no podemos asegurar que vamos a ganar los Centroamericanos? ¿Por qué el gobierno cubano no acaba de darse cuenta de que los que dirigen el deporte cubano lo que hacen es robar a los atletas, a los entrenadores, al Estado?

¿Por qué el gobierno cubano no acaba de darse cuenta de que los que dirigen el deporte cubano lo que hacen es robar a los atletas, a los entrenadores, al Estado?

La Escuela Cubana de Boxeo, me avergüenza decirlo, ya no es Escuela Cubana de Boxeo: no hay calidad, no hay un campeón seguro. El pensamiento es a ver quién coge la medalla, quién llega a la final, cuántas podemos lograr.

Desde antes de mí, en el continente americano los únicos que podían hacernos resistencia eran los boxeadores estadounidenses, que tenían un sistema con la mirada puesta en el profesionalismo. Y por el “tejemaneje” político caer ante ellos podía significar la baja del seleccionado nacional. No sé podía perder con Nicaragua, ni Venezuela, ni Aruba ¿qué es eso? Eso era una falta de respeto.

Ahora se va a los Centroamericanos y perdemos ante Brasil, Costa Rica o Surinam pero no pasa nada, solo están detrás del dinero, lo que pueden ganar.

¿Tras retirarte, te han atendido por parte del boxeo cubano?

Yo me retiré en 2004. Mira, lo más pequeño. La Escuela Cubana ha dado módulos, por ponerte un ejemplo, y después de 16 años la Federación de Boxeo me hizo llegar alguna indumentaria deportiva y hace ocho meses recibí un par de tenis. Fíjate bien, tras 16 años, un módulo y hace ocho meses, unos tenis. Saca tus conclusiones Julita.

También por el COVID nos hicieron llegar otro módulo pero había que venir al Cerro Pelado a firmar pero ¿con qué dinero, con qué pasaje yo viajaría a La Habana? Tú sabes que a los medallistas de oro olímpicos le daban 300 CUC pero ahora son 7 mil 400 pesos ¡algo bochornoso! Lo menos que podían haber hecho es darnos 300 MLC pero no. Los campeones olímpicos cubanos valemos 7 mil 400 pesos y eso no me alcanzaba para llegar a La Habana en un carro, ya que ómnibus en el COVID no había.

Jamás autorizaron al director del INDER en Holguín, ni a la funcionaria que iba y venía a La Habana. Pero voy más allá: en las visitas de los dirigentes de La Habana a Holguín, cuando yo hacía mi planteamiento me decían: “sí, aquí está el módulo pero tienes que venir a buscarlo”. ¿De qué estamos hablando?

Hace apenas dos meses, la responsable de atención a atletas de Holguín fue a La Habana con un poder firmado por mí y ¡oh sorpresa! mi módulo ya no estaba en el almacén y no aparecían los papeles de salida de a quién se lo habían entregado. ¿Qué quiere decir eso Julita? ¡Un robo constante! Nosotros no recibimos atención de nada, nadie nos protege.

En mi país carecemos del menor de los apoyos por parte de nadie ni de nada. Los campeones olímpicos, mundiales, continentales que le hemos dado la vida a Cuba y su deporte estamos totalmente desprotegidos. Nadie nos atiende. ¿Tú sabes lo que es quitarnos esos 300 CUC que era el único beneficio que teníamos? ¡El único! ¿Qué son 7,400 pesos? Es una burla.

En mi país carecemos del menor de los apoyos por parte de nadie ni de nada. Los campeones olímpicos, mundiales, continentales que le hemos dado la vida a Cuba y su deporte estamos totalmente desprotegidos. Nadie nos atiende

Hace cuatro años Mario Kindelán no entra a una tienda de su país. Un doble campeón olímpico, trimundial, doble titular de la Copa del Mundo y de los Juegos Panamericanos, mejor boxeador del mundo amateur por varios años no tengo el derecho de entrar a una tienda.

Tienda en la que veo a decenas de personas haciendo colas porque, sencillamente, reciben de sus hijos, hermanos, amigos, dinero del extranjero y pueden comprar lo esencial para vivir… ¡que yo no! En Holguín tú puedes preguntar ¿cuándo me han visto en esas tiendas después que nos quitaron los 300 CUC? Jamás. Y nadie vio eso Julita, nadie ha visto eso.

Te digo más. Cuando el COVID tuve enfermo de gravedad a un familiar y falté dos días… ¡dos días! a la EIDE (por la pandemia había que laborar cuatro días a la semana) y la subdirectora me descontó el sueldo del mes. ¿Qué comieron mis hijos entonces?

¡Ah! pero hoy decidí salir de mi país ¡a trabajar!, a ganar un salario que me permita mantener a los míos. Llegué a Bahréin a trabajar para poder llevar prosperidad a mi familia, poder darles un gusto a mis hijos. ¿Y sabes? apenas salí de Cuba, el INDER me retiró los 7,400 mugrosos pesos de mis medallas de oro olímpicas. Tal parece que dejé de ser dos veces campeón olímpico.

Como me monté en el avión sin el permiso de un organismo que nunca me dio nada, ni invitarme a un evento, ni respetarme el módulo ni nada de nada, pues parece que ya no soy bicampeón olímpico.

Dime cómo te recibieron en Bahréin.

Muchacha ¿pa' qué? Aquí aprendí el respeto con que se trata a un campeón olímpico: me hacen reverencias, me abrazan, aplauden, me saludan, se tiran fotos conmigo. Aclaración: lo mismo hace el pueblo de Cuba, no el INDER, que no tiene consideración alguna, que no nos sitúa en nuestro lugar, que nos roba constantemente. ¿Los campeones olímpicos en Cuba? Jajajaja ¡no existen!

Escuchándote pienso que un tanto sé la respuesta de mi próxima pregunta. ¿Qué te hizo vender tus preseas olímpicas?

Eso fue en 2016. Comienzo por decirte que desde 2004 jamás he tenido nada que agradecerle al organismo INDER; padecí un calvario de necesidades que solo mi familia y amigos cercanos conocen, me vi en situaciones tales que me enloquecieron y ahí vino la posibilidad de vender lo más grande que tenía materialmente hablando: mis medallas de Sydney y Atenas.

Desde 2004 jamás he tenido nada que agradecerle al organismo INDER; padecí un calvario de necesidades que solo mi familia y amigos cercanos conocen, me vi en situaciones tales que me enloquecieron y ahí vino la posibilidad de vender lo más grande que tenía materialmente hablando: mis medallas de Sydney y Atenas.

No tenía con qué comer, con qué mantener a los míos. Hoy te puedo decir que no me arrepiento.

Ahora las auras tiñosas del INDER holguinero me tildan de traidor, de abandonar mis ideales. Yo salí hacia este país y ya habían reunido todas las firmas para quitarme los 7,400 pesos de mis medallas olímpicas. Aquí gano en un mes lo que allá devengaba en casi dos años.

Te digo algo. Le pregunté a un niño que me reservo su nombre ¿qué hacía, si regresaba a Cuba? Y me respondió: “si regresas estás loco”. Entonces, si eso piensa un pequeño ¿qué pueden pensar los adultos, los jóvenes?

Sí puedo asegurarte que los primeros traidores son los que dirigen el deporte, que tienen de todo, carro, casa, prebendas y nada más los cogen y sancionan, se convierten en los más reacios y niegan todo a lo que han sido “fieles”.

Hay muchos que, afortunadamente, han buscado nuevos horizontes para sus vidas y las de sus familias en el boxeo profesional. ¿Qué me dices de los ya muchos cubanos que han abierto un sendero victorioso en tan difícil propósito?

¿Qué decirte? Lo han demostrado varios: Robeisy, Gamboa, Ugás. Nosotros hemos sido y somos una potencia. Esta juventud que se abre camino va a encumbrar al boxeo cubano en lo más alto del profesionalismo. Somos estrellas y en el máximo nivel lo demostraremos también.

Esta juventud que se abre camino va a encumbrar al boxeo cubano en lo más alto del profesionalismo. Somos estrellas y en el máximo nivel lo demostraremos también

Lastimosamente todos, incluyendo las máximas esferas del país, se dan cuenta que el deporte va en decadencia; existe la corrupción, el robo a los atletas, el mandar técnicos que no tienen historia al extranjero. Y no pasa nada. A eso súmale la estampida de deportistas de cualquier disciplina.

Al nacido en la ciudad de Holguín, practicante de la pelota y el voleibol en sus primeras edades, que tuvo como primer entrenador en el deporte de los puños a Juan Domínguez se le abre un sendero luminoso lejos de la Ciudad de los Parques. Pienso que es hora de que la inteligencia se abra paso en la mente del Kinde y el corazón abrace lo que las redes sociales le dieron: ¡un boleto indefinido a la libertad y al reconocimiento a su grandeza!

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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