Aprueban parole humanitario a hija del médico cubano exiliado Alexander Figueredo

"Un hijo menos en manos de una dictadura totalitaria adoctrinadora de seres humanos", dijo el galeno, quien se mostró feliz por el inminente reencuentro con su hija.

Alexander Figueredo posa junto un inmenso oso de peluche © Twitter/Alexander Figueredo
Alexander Figueredo posa junto un inmenso oso de peluche Foto © Twitter/Alexander Figueredo

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Este artículo es de hace 1 año

El médico cubano Alexander Figueredo Izaguirre, que emigró a EE.UU. el pasado año luego que el régimen le prohibiera ejercer su profesión por su activismo político, anunció que a su hija le habían aprobado el parole humanitario para que se reúna con él, algo que calificó como la noticia más feliz de su vida.

"Pronto al ladito de papá y lejos de la miseria y la hambruna. Gracias, Dios, por estar con los de buen corazón. Seguimos abriendo caminos en tierras de libertad. Un hijo menos en manos de una dictadura totalitaria adoctrinadora de seres humanos", escribió Figueredo en redes sociales.


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El médico aprovechó para indicar que su deseo es que todos los niños cubanos "puedan vivir sin ser adoctrinados, sin una ideología impuesta"; y "que cuando crezcan decidan qué ideología seguir y no la que le impongan desde que nacen".

"Hoy soy mitad feliz, la otra mitad será cuando esté a mi lado, y la felicidad total será ver a mi Cuba y sus hijos libres de doctrinas", concluyó el galeno.

En el apartado comentarios a su publicación en Twitter, el médico precisó que había hecho la solicitud en el mes de enero.

Alexander Figueredo, quien ganó notoriedad en los últimos años a raíz de sus múltiples denuncias del sistema sanitario cubano cuando ejercía en la isla, recibió decenas de felicitaciones de sus seguidores.

Figueredo Izaguirre y su colega Alexander Pupo arribaron en julio de 2022 a Estados Unidos tras varias semanas de dura travesía por países de Centroamérica.

Menos de un mes después de su llegada, ambos mostraron en redes sociales el progreso material que habían alcanzado, algo impensable en Cuba a pesar de la profesión que ejercían.

“41 años, con 2 misiones de esclavo, más de 15 años de médico y dejé mi casa en Cuba por la mitad sin terminar de construir. Aquí a un mes tengo lo que jamás pude tener en tantos años”, escribió Figueredo entonces.

En los últimos meses han sido constantes la muestras de progreso personal y laboral de las que ha ido dando cuenta el médico.

En noviembre, apenas cuatro meses después de su arribo a suelo estadounidense, Figueredo Izaguirre -quien reside en la ciudad de Houston, en Texas- admitía que lo único que lamentaba es no haber salido antes del infierno que vivía en Cuba.

El galeno granmense, que sufrió un fuerte asedio por parte del régimen castrista, ha dicho varias veces que después de emigrar recuperó la ilusión y no ha parado de estudiar desde que arribó a suelo norteamericano para lograr acceder en ese país al ejercicio de su profesión.

"Otro logro en poco tiempo en el país donde dice la dictadura hay que ser millonario para ser un médico. Yo soy millonario, pero de neuronas. Aquí te miden tu intelecto, tu esfuerzo y tu capacidad, por eso este país es grande", escribió en octubre junto a una foto del documento que lo acreditaba como asistente médico.

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