El cubano Nelson Nodarse, de 53 años y vecino del municipio villaclareño de Encrucijada, se quitó la vida esta semana, tras padecer una profunda crisis depresiva y no tener acceso a los medicamentos que necesitaba.
"Llevaba ocho años diagnosticado con la enfermedad y llevaba una vida normal, pero no aguantó más y como no hay medicinas, se suicidó", contó Samuel Rodríguez Ferrer a CiberCuba, que conocía al fallecido.
Nodarse era Testigo de Jehová y muy querido entre todos los vecinos de Encrucijada, que lamentaron la noticia luego que se divulgara en internet.
Hasta el momento CiberCuba no ha podido ponerse en contacto con la familia de Nodarse, para contrastar esta información.
"No es la primera vez que un vecino de allí está en peligro", explicó Rodríguez Ferrer. "Hace poco anuncié la desaparición de Frank José Álvarez Martínez, quien estuvo tres meses sin tomar los medicamentos que necesitaba para controlar su enfermedad mental".
Afortunadamente el hombre fue encontrado con vida y con la ayuda de otros conocidos fue posible abastecerlo de medicamentos, aunque es preocupante el déficit de medicinas que sufren los cubanos.
En Cuba no hay datos oficiales sobre la tasa de suicidio y los medios estatales no mencionan con frecuencia el tema, pero para la sociedad civil independiente es preocupante el incremento de personas que se quitan la vida, en medio de la crisis general que atraviesa el país.
Aisel Roque Rivero, manifestante del 11J, se quitó la vida con solo 18 años mientras estaba bajo custodia de la Policía Nacional Revolucionaria en Placetas, Villa Clara.
Un caso que alcanzó notoriedad mediática fue la de Michel Amodia Ferrer, director Grupo Empresarial de Comercio (GEC) en Camagüey, que se quitó la vida lanzándose de una torre de alta tensión, tras regresar de una reunión en La Habana.
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