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El gobierno cubano pronosticó una baja producción de arroz en 2023, lo que obligará a mantener importaciones de este importante cereal y podría incrementar más su valor.
"Los planes montados para 2023 son bastante bajos, con alrededor del 40% de lo previsto a esta altura en el programa de desarrollo. Debíamos sembrar 140,000 hectáreas y solo lograremos plantar 68,000", dijo a la prensa oficialista Oslando Linares Morell, director de la División Tecnológica de Arroz en el Ministerio de la Agricultura.
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El gobierno de Cuba requiere más de 600,000 toneladas de arroz para cubrir la canasta normada y el consumo social. Las dos terceras partes de este total de arroz actualmente se importan. La producción del cereal ha descendido gradualmente desde 2019.
Linares señaló que el programa integral de desarrollo del arroz comenzó en 2012 y tenía previsto que en 2030 el país sería capaz de cosechar todo el arroz que consume. Sin embargo, los pronósticos no se logran hasta el momento y de cara al futuro los resultados actuales no son alentadores.
"Para lograr dicho propósito, debían sembrarse unas 200,000 hectáreas, obtenerse un rendimiento de seis toneladas por hectárea, y lograr una producción del cereal húmedo de 1,200,000 toneladas, que nos permitiría obtener más de 600,000 toneladas de arroz consumo al año", dijo el funcionario.
Sin embargo, ninguno de esos planes se cumple desde 2018 cuando Cuba rompió el récord histórico de producción de arroz, con 304,000 toneladas. En 2019 comenzó a decrecer la producción consiguiendo solo 246,700 toneladas y en los años siguientes todo fue a peor.
El funcionario culpó de la ineficiencia en la producción de arroz al gobierno de Estados Unidos por el embargo económico y por incluir a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo. También se escudó en la carencia de insumos y piezas de repuesto para las combinadas arroceras, y en la pandemia del coronavirus.
Según Linares los arroceros cubanos tendrán que acostumbrarse a utilizar menos productos químicos y a emplear un número mayor de bioproductos.
Aseguró que una fortaleza que tienen a favor es el programa de semillas, en colaboración con Vietnam y Japón, pues el arroz cubano se autoabastece de semillas con 12 variedades en producción a lo largo del país.
En 2022 Cuba solo cosechó el 25% del arroz necesario para la canasta básica y para el consumo social, es decir hospitales, escuelas, comedores obreros y unidades militares.
En febrero del año pasado el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, señaló que el precio de la tonelada de arroz en el mercado internacional era de 633 dólares. El Estado debía destinar más de 329 millones de dólares a la importación del cereal.
En diciembre Pinar del Río, Granma y Guantánamo reportaron atrasos en la distribución de los alimentos de la canasta básica y entre los productos que faltaban estaba el arroz.
Las justificaciones del régimen para los atrasos en las ventas fueron los efectos del huracán Ian y problemas para importar alimentos desde el exterior pues no logran producirlos en Cuba.
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