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La participación cubana resultó anecdótica en la primera jornada del Campeonato Mundial de Judo con sede en Tashkent, la capital de Uzbekistán, una vez que Danny Porte Valdivieso fue eliminado en el estreno y la ahora estadounidense María Celia Laborde no sobrevivió a su segunda salida al tatami.
El subcampeón panamericano de los 60 kilos quedó bye en la ronda inicial y a continuación cedió por la vía del ippon ante el sudcoreano Seungbeom Jeon, que sería aniquilado poco después por el monstruo japonés Takato Naohisa, monarca a la postre.
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Dicho sea de paso, Naohisa sumó así su cuarta corona universal a una vitrina que exhibe oro y bronce olímpicos y 11 tronos de Grand Slam, entre otros premios.
La delegación insular no llevó representante en los 48 kilos para féminas, pero sí hubo una cubana en el torneo de la categoría toda vez que la veterana María Celia Laborde compitió por Estados Unidos (como parte del equipo nacional de Cuba, esta muchacha había sido tercera en el Mundial celebrado en Rusia en 2014).
De 32 años, Laborde debutó con ippon sobre la mongola Narantsegseg Ganbaatar, pero luego cayó por esa misma vía frente a la chilena Mary Dee Vargas. Por desgracia, la sudamericana perdió seguidamente versus la subtitular Katharina Menz, de Alemania, y no pudo arrastrar a la cubanoamericana.
Aquí ganó nuevamente Japón, en este caso mediante Natsumi Tsunoda, quien ya tenía un primer y segundo escaños a este nivel.
Cuba se presenta en el certamen con 11 atletas encabezados por la laureada supercompleta Idalys Ortiz.
En Tashkent se han dado cita 571 judocas de 82 países.
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