El reconocido crítico e historiador del cine cubano Juan Antonio García Borrero escribió un sentido texto en redes sociales donde expresó que deberá “aprender a vivir sin la luz cercana” de su nieta, tras la partida de su hijo hacia Estados Unidos.
El académico camagüeyano manifestó el dolor que sintió por la salida de su hijo, que decidió “sumarse a esa lista de cubanos que han elegido marcharse del país, arriesgándolo todo”, según su publicación en Facebook reproducida por el blog Otra cita.
García Borrero relató que dejó a su hijo en un aeropuerto repleto de personas “cuyas ilusiones pesaban más que todo el equipaje que llevaría en su bodega el avión que pronto los alejaría de Cuba”. Confesó que su angustia solo cesó 12 días después al escuchar la frase: “Papá, lo logramos”, cuando su familia arribó a EE.UU.
“Estoy feliz por ellos, aunque sé que a partir de ahora tendré que aprender a vivir, no sé hasta cuándo, sin la luz cercana de mi nieta: una luz que me ayudaba a mantener los ojos abiertos, puestos en el futuro, sin importar la dimensión del apagón que experimentara a mi alrededor”, expresó.
En su conmovedor escrito, reconoció que la decisión de su hijo es coherente con la de casi todos los amigos suyos que han salido de Cuba.
En un país marcado por la emigración, García Borrero comprende las razones de su hijo para marcharse, así como su hijo nunca le reprochó regresar a Cuba después de cada viaje.
Sin embargo, advirtió que “si todo el mundo se va, jamás podremos cambiar lo que se necesita que hace rato cambie en el país”.
Para el intelectual cubano, las razones íntimas de los emigrados cubanos no podrán ser reveladas porque sus voces han sido “secuestradas” por quienes las usan en una “retórica dicotómica” que lleva a una polarización de posturas por parte de quienes “solo hablan de Bloqueo o Dictadura, de acuerdo con la ideología con la que simpatizan”.
García Borrero alegó, con un tono conciliador, que en medio de la división profunda del país aspira a “ensayar sus propias maneras de ejercer su libertad individual” lejos de “una retórica policial que te condena a vivir en alguno de esos extremos”.
“Sí, hay un montón de gente que quiere estar más allá de los polos”, aseguró.
En un flujo imparable de cubanos hacia EE.UU., muchas familias están obligadas a separarse para intentar mejorar su vida lejos de un país sumido en crisis.
En los últimos meses un creciente número de cubanos ha abandonado el país y emprendido un peligroso viaje por Centroamérica para llegar a Estados Unidos.
El éxodo ha alcanzado cifras inéditas en el actual año fiscal, que comenzó en octubre de 2021, superando las crisis migratorias del Mariel, en la década del 80, y de los balseros en 1994.
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