Elementos naturales, medios humanos y técnicos influyen en incendio de Matanzas

El siniestro ocurre tres meses después de la implosión parcial del hotel Saratoga.

Llamarada de uno de los tanques de petróleo incendiados en Matanzas © Elier Pila Fariñas / Twitter
Llamarada de uno de los tanques de petróleo incendiados en Matanzas Foto © Elier Pila Fariñas / Twitter

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Este artículo es de hace 2 años

La disponibilidad de polvo extintor en cantidades suficientes y vehículos adecuados, el agotamiento de los bomberos, de los que 17 han sido reportados como desaparecidos, la dirección del viento y la temperatura ambiente influyen "decisivamente" en el todavía incontrolado incendio en la base de supertanqueros de Matanzas, dijeron expertos a CiberCuba.

La zona incendiada corresponde a la Base de almacenes de Supertanqueros con ocho tanques; de un proyecto original de 21; construidos en 1998, por una empresa subsidiaria de Petróleos Mexicanos, S. A. (PEMEX); concebida para el almacenamiento y distribución mediante un oleoducto que enlaza con la refinería de Cienfuegos; con una accidentada travesía constructiva desde la era soviética, congelada las obras en 1991 y concluida con financiación venezolana, en 2007.


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"Esos fuegos solo se extinguen con polvo químico (extintor) y, aunque no conozco las disponibilidades que haya en la base (de supertanqueros), las mayores existencias y los mejores vehículos para su aplicación están en el aeropuerto internacional "José Martí", aseguró la ingeniera Keyla Mariño.

El polvo extintor es una sustancia sólida en estado pulverulento usada para la extinción de incendios; compuesto por sales inorgánicas y aditivos, que con el añadido de fosfatos, siliconas y estearatos metálicos; entre otros componentes, tiene propiedades de enfríamiento mínimo, sofocación e inhibición de fuegos.

Un técnico de la base de supertanqueros, que pidió no ser identificado, dijo que en el foco del voraz incendio "no hay suficiente polvo químico para afrontar el fuego", pero señaló que en la zona conocida como Base tierra, distante a un kilómetro del fuego hay "recursos suficientes" para afrontar la situación, que calificó de "crítica" y en la que intervienen bomberos matanceros, de Mayabeque, La Habana y Cienfuegos, que no consiguen "dominar la situación".

La Base de tierra agrupa los sistemas tecnológicos y de bombeo de combustibles desde los buques supertanqueros y está dotada con un potente sistema antiincendios y un muelle auxiliar que alberga un buque Limpia bahías para actuar en caso de derrames de combustibles, según datos oficiales.

Pero las tareas de extinción están siendo complicadas porque cada tanque, incluidos los incendiados, están protegidos por sistemas de seguridad que incluyen muros de contención, superados por la magnitud del siniestro que, en la primera explosión, provocó una onda expansiva de 200 metros a la redonda, indicó el técnico; recordando que la separación entre depósitos es de 50 metros.

Los bomberos sufren síntomas de agotamiento, especialmente los de las dotaciones de la propia base de supertanqueros y de Matanzas, que llevan 16 horas soportando altísimas temperaturas y enfrentando las llamas y, aunque han sido reforzados con equipos humanos de Mayabeque, Cienfuegos y La Habana, su conocimiento de la instalación y del entorno es crucial.

La desaparición de 17 compañeros que intentaban evitar la propagación del fuego desde el primer tanque incendiado, también mina el ánimo de los bomberos, dijo un oficial jubilado de ese cuerpo del Ministerio del Interior (MININT), que no quiso especular sobre posibles responsabilidades y violación de normas de seguridad.

"Esto está siendo del carajo; la verdad se sabrá, pero ahora no hay que ponerse a buscar responsabilidades, ya llegará esa fase", subrayó.

La dirección del viento, fuerte y soplando desde el Nordeste, facilitó la propagación del fuego entre depósitos y ha provocado una nube negra sobre Matanzas, una de las ciudades cubanas con mayor índice de asmáticos y enfermos con otras patologías respiratorias, como consecuencia de su zona industrial, incluida la vieja fábrica de fertilizantes, conocida como Rayonitro, que contaminaba el aire con grandes niveles de azufre, debido a su producción de amoníaco.

La cercanía de Rayonitro con la Base de supertanqueros, unos dos kilómetros, preocupa a expertos y a la población vecina por la inflamabailidad de los productos almacenados y su toxicidad.

La humareda también dificulta el empleo de medios aéreos en las labores de extinción del incendio, debido a la escasa visibilidad sobre los focos de los fuegos, que harían peligrosas las maniobras de helicópteros y aviones cisternas, que podrían tomar el agua directamente del mar.

Las altas temperaturas, habituales en el verano cubano, son otra fuente de avivación y mantenimiento del fuego que dificultan las tareas de enfriamiento de los tanques de combustible que -de momento- no han sido alcanzados por las llamas.

Además de pipas y camiones extintores, la base de supertanqueros cuenta con conexiones de agua específicas para combatir incendios.

Sobre el origen del incendio, el oficial jubilado del MININT, dijo que, en instalaciones como la Base de supertanqueros de Matanzas, no solamente se instalan pararrayos, sino también unos equipos que desvían las descargas eléctricas a zonas menos peligrosas, y recomendó esperar a las investigaciones para determinar las causas del siniestro y el funcionamiento del sistema anti relámpagos.

Un pararrayos es un terminal externo instalado en un edificio o estructura que tiene como objetivo atraer el rayo para tener un punto de impacto controlado e impedir que este impacte en una zona no deseada o cause daños humanos. Esta tecnología, se divide en dos grandes grupos, pararrayos Franklin (pasivos) y el pararrayos activo o con dispositivo de cebado (PDC).

Hasta el momento de publicar esta nota, el gobierno cubano no ha informado sobre las características del sistema de pararrayos instalado en la base de supertanqueros de Matanzas, que se remonta a los años 80 del siglo XX, ni existen información pública sobre la renovación de las defensas anti descargas eléctricas y su mantenimiento.

El fuego, que a estas horas sigue incontrolado, ocurre en medio de una de las peores crisis energéticas de Cuba, con largos y reiterados apagones a lo largo y ancho del país, que han generado una ola de protestas populares.

A mediados de julio, un tanquero de bandera liberiana descargó 70 000 toneladas de fueloil en la base siniestrada este viernes.

El incendio en la Base de supertanqueros de Matanzas ocurrió a tres meses de la implosión parcial del habanero hotel Saratoga, donde murieron 47 personas y 52 resultaron heridas, de diversa consideración; sin que hasta ahora, se haya publicado la investigación oficial, atribuida a un escape de gas.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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