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Los trabajadores de la Empresa Comercializadora de la Música y los Espectáculos (ECME) Rafael Gómez Mayea de Sancti Spíritus estuvieron tres meses sin cobrar salario por falta de liquidez de la empresa debido a la nula comercialización de su catálogo.
Los 67 empleados de la ECME no recibieron salario durante abril, mayo y junio, lo que implica una “violación de los principios fundamentales del derecho laboral”, señaló la nota publicada por el diario local Escambray.
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El representante sindical del centro, Javier Valle Moral, declaró que los trabajadores no dejaron de cumplir con sus responsabilidades, a pesar de la inconformidad que generaba el retraso del pago. “Al final, logramos pagar abril, mayo y junio gracias a un préstamo bancario”, aseguró.
La casi nula comercialización de las agrupaciones espirituanas desde el inicio de la pandemia de coronavirus en 2020, obligó a la empresa estatal a solicitar un préstamo de aproximadamente 658,000 pesos con un gravamen del 4%, que deberá devolverse en un plazo de 180 días.
De ese monto, la empresa deberá abonar los salarios a partir de julio y las cuotas de los servicios telefónico, eléctrico y el pago a la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT).
La falta de liquidez de la ECME la ha llevado a endeudamientos cíclicos con los músicos desde que pasó de Centro Provincial de la Música y los Espectáculos a empresa, un cambio que sus trabajadores cuestionaron si era factible.
“No estábamos preparados. Llegamos a la pandemia con una situación financiera difícil al tener que pedir préstamos al banco, con multas por la ONAT, cadena de impagos a los músicos… El actual estado de este tipo de empresa precisa ser valorado por la máxima dirección del país, aunque reconozco que no podemos ser subsidiados”, manifestó Leticia Ulacia, directora y fundadora del trío femenino A su tiempo y dirigente del partido comunista en la empresa.
La actual directora de la ECME, Lidia Esther González Uría, quien ocupa el cargo desde hace dos meses, heredó una deuda de 644,000 pesos del crédito puente, un monto aprobado para salarios, que se hizo como dispensa a los trabajadores durante el lapso de la pandemia.
“En el caso de los músicos desprotegidos, se desembolsó, en esa misma etapa, una garantía de salario de cerca de 23,122,504 pesos. A pesar de la difícil situación financiera por la prácticamente nula comercialización de nuestro catálogo durante dos años, logramos proteger los pagos rutinarios de electricidad, ONAT… Lo poco que se ha contratado se ha pagado”, aseguró la funcionaria.
La empresa ha subsistido solo a base de préstamos bancarios que los insertan en un ciclo de deudas interminables, como la actual que deberán saldar en seis meses.
Debido a la depresión económica en la empresa, se implementaron medidas como la disminución de los teléfonos fijos y corporativos (solo funcionan dos de cada tipo), la reubicación de seis trabajadores y la realización de un diagnóstico para analizar la eficacia de la plantilla actual, dijo la directora.
Como parte de sus estrategias para recaudar ingresos han optado por llevar a la Plaza Cultural de los Olivos, en la cabecera municipal, “propuestas de cuestionable calidad estética”, como las calificó el artículo de Escambray.
De acuerdo con la directora, las propuestas no han contribuido a recaudar lo esperado porque el pago ha sido en la entrada del lugar y la empresa solo ha recibido un porcentaje, pero mantendrán la estrategia por un tiempo.
Aun cuando el gobierno cubano prevé una recuperación gradual de la economía después de dos años de contracción y de que en el primer trimestre de 2022 se reportara un crecimiento del 10.9% del PIB, en empresas como la ECME no se evidencia tal recuperación.
Otras empresas en varias provincias del país también han debido recurrir a préstamos bancarios para solventar el pago a sus trabajadores, a la vez que sigue siendo un síntoma de la depresión económica cubana.
Agricultores, ganaderos, músicos y trabajadores en general sufren las consecuencias del modelo económico inefectivo en Cuba.
A la inconformidad generada por el retraso de los salarios en la ECME se suman la nula discografía, poca promoción, incapacidad para adquirir ropa e instrumentos para las agrupaciones, imposibilidad de asistir a eventos fuera de la provincia y pérdida de espacios, entre otros índices de la crisis.
“En el caso de las unidades subvencionadas solo se les aprobó en este año el monto de sus salarios y no el dinero que pudiera suplir esas otras necesidades. Eso sale por la Unidad de Apoyo a la Cultura. Desconocemos si para el año que viene se les aprobará”, informó la directora de la ECME.
Los profesionales de la música también piden evaluar los porcentajes de contratación, pues del total está fijado un 30% para la empresa y el resto para ellos.
“Es cierto que tenemos poco que dar, pero ofrecemos legalidad. También es verdad que nos ha faltado luchar espacios, negociar y tomar la delantera”, reconoció González Uría.
La falta de capacidad de la empresa conlleva a que las presentaciones más atractivas para el público no se realicen por parte de las instituciones culturales sino de iniciativas privadas.
Recientemente, un concierto del reguetonero Yomil en la ciudad de Trinidad fue gestionado por un trabajador por cuenta propia y dejó “ganancias millonarias”.
Sobre este hecho, la líder del trío A su tiempo se quejó de que lleguen presentaciones musicales de este tipo a la provincia cuando el control de esas ofertas debería estar a cargo de la ECME.
“La empresa sola no puede. Hay que hacer regir la política cultural del país y estamos nosotros para controlar todo lo que a música se refiera. Como el caso de Yomil, que vino a nuestras espaldas, no puede seguir permitiéndose”, advirtió.
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