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El artista y activista cubano Luis Manuel Otero Alcántara depuso su huelga de hambre y sed debido a su delicado estado de salud y denunció hostigamiento en la prisión de máxima seguridad de Guanajay, donde se encuentra desde hace un año.
La activista y pareja del líder del Movimiento San Isidro, Claudia Genlui Hidalgo, informó que a pesar de deponer la huelga, Otero Alcántara sigue castigado y sin poder realizar llamadas telefónicas. No obstante, su familia pudo visitarlo este 20 de julio y el artista pidió denunciaran que, tras haberse quejado por estar en aislamiento y no poder siquiera ver la luz del sol, lo habían trasladado a una celda común con un preso condenado a 51 años para que lo agreda.
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"En estas circunstancias Luis ha intentado evitar problemas, pero las provocaciones han ido en aumento. Es evidente cómo la Seguridad del Estado intenta provocar un conflicto en el que Luis Manuel se vea afectado. Además me ha pedido que denuncie que 'él no está en un campismo, está sufriendo, está bajo tortura y su vida está en peligro', dijo Hidalgo.
La curadora de arte subrayó que Otero Alcántara "se encuentra en un peligro constante", no solo por el hecho de que puedan intentar complicarlo dentro de prisión para extender su condena de cinco años, sino también "su vida, su salud y su integridad física".
"Necesitamos respuestas, necesitamos acciones concretas para su libertad. Es inocente. Salir de Cuba, exiliado, despojado de todo, NO ES UNA OPCIÓN. Justo esa 'solución' es la que pretende la dictadura que pidamos, ya no a ellos, sino al propio Luis Manuel Otero Alcántara. BASTA", exigió la activista.
Otero Alcántara se declaró en huelga de hambre el pasado 4 de julio, y se negó a apelar su sentencia a cinco años de cárcel. Señaló que no está dispuesto a continuar con procesos judiciales fraudulentos y sin derecho a una defensa justa, por lo que su única exigencia es su liberación inmediata y sin condicionamientos.
El artista fue sentenciado a cinco años de cárcel el 24 de junio, luego de un juicio en el que se le acusó de ultraje a los símbolos patrios de carácter continuado, desacato y desórdenes públicos. Su recién concluida huelga de hambre es la tercera que ha protagonizado durante su último año en prisión. Como consecuencia de sus huelgas, sufrió una parálisis y una lesión en un ojo de la que aún no se recupera.
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