En el año 1992, con el número 53 en la espalda, bateando a la derecha y con una inigualable fiereza para jugar la antesala, un joven de 21 años de San Nicolás, debutó en Series Nacionales. Se trata de Andy Morales.
A pesar de lograr un puesto en el Cuba y sobresalir en el tope con los Orioles en 1999, decides irte después ¿Por qué no quedarte en Baltimore?
Yo me sentía bien en mi país y en lo que me gustaba hacer, jugar pelota; sin embargo, hubo un momento en que comprendí que allí no tenía futuro. No me quedé porque ya mi esposa estaba embarazada de nuestro primer hijo y no quería dejarla sola en ese bendito momento. Más tarde logré salir en bote.
No me quedé en Baltimore porque ya mi esposa estaba embarazada de nuestro primer hijo y no quería dejarla sola en ese bendito momento. Más tarde logré salir en bote
Y es que, después del regreso, no me dieron más oportunidades en el béisbol cubano. Me dejaron fuera de la selección nacional a los Juegos Panamericanos de Winnipeg y de la Copa Australia ¡fue increíble!
Recuerdo aquello y no olvido el comentario que, sobre tu ausencia, hice en el noticiero. Y no fui yo sola; varios colegas escribieron al respecto.
Efectivamente, yo exhibía el mejor rendimiento en mi carrera en ese momento. Simplemente no me dejaron otra opción que buscar nuevas oportunidades y hoy día agradezco en el alma a aquellos que cometieron esa injusticia conmigo. Mírame donde estoy y lo felices que somos.
Tu paso por el béisbol profesional no fue productivo ni duradero ¿Por qué un peloterazo como tú no triunfó?
Sin afán de justificarme, no llegué tan lejos como hubiera querido porque mi mente no estaba preparada para el profesionalismo, quizás no tomé las cosas en serio.
En las Grandes Ligas, a pesar de haber firmado un contrato millonario con los Yankees, no pude sobresalir. Jugué para esa organización y la de Boston en Doble AA, pero no cumplí con mis iniciales aspiraciones.
En las Grandes Ligas, a pesar de haber firmado un contrato millonario con los Yankees, no pude sobresalir. Jugué para esa organización y la de Boston en Doble AA, pero no cumplí con mis iniciales aspiraciones
Una verdadera lástima porque hubieras sido un grande en la MLB. ¿Qué haces en la actualidad?
Ahora me dedico a trabajar en una compañía de aire acondicionado propiedad de mi suegro. A mi esposa Daiyana la conocí en San José de las Lajas donde radicaba el equipo Habana. Estamos juntos desde 1998; tenemos tres hijos: Yandy, de 22 años que nació en Cuba y Yohandy de 20 y Angie de 17, que lo hicieron aquí en Estados Unidos.
Estoy al tanto del paso de Yohandy, un indiscutible prospecto de la MLB.
Jajá. Tiene a quien salir ¿no? Yohandy lleva el baseball en la sangre. Desde temprana edad se ha destacado integrando el seleccionado nacional estadounidense en las categorías 12 años y 18, en ambos casos medallas de oro.
Actualmente juega para la Universidad de Miami donde es el capitán del equipo y durante dos temporadas con magníficos desempeños ofensivo, por encima de 300 de average y defensivo, jugando la tercera base igual que yo.
En 2020 pudo estar en el draft (selección de los prospectos para equipos de las Grandes Ligas) pero su agente deportivo y él decidieron rechazar la oferta para adquirir más madurez. Ahora estará en el draft del próximo año.
Jugó en Haarlem, Holanda, con el elenco estadounidense universitario, edades 20 y 21 años, que firman en 2023 para profesionales. Fue regular con un astronómico promedio por encima de 500 además de hacer atrapadas de leyenda en tercera. Estoy muy orgulloso de él y mis otros dos hijos. Soy un hombre pleno.
¿Siempre quisiste ser pelotero? ¿Cuál fue el primer terreno que pisaste?
Mis primeros pasos fueron en mi pueblo, San Nicolás. Desde los siete años juego pelota, ya que mi papá era entrenador y poco a poco me fue involucrando. Mi padre y Puchito fueron mis primeros instructores.
Jugaste nueve Series Nacionales de Béisbol. Háblame de tus compañeros de equipo. ¿Mejor mánager para ti?
Te diré que siempre me llevé bien con todos mis compañeros pero con los que más compartía era con Pedro Arozarena y William Santiesteban, veníamos juntos desde la EIDE.
Hubo cuatro directores que marcaron mi carrera, no te puedo mencionar uno solo; ellos son José Miguel Pineda. el primero en Series Nacionales, Pedro Jova, Darío Cid y Alfonso Urquiola.
Anécdotas tuve muchas pero creo que haber jugado en un mismo equipo con Romelio Martínez, Pedro Luis Rodríguez, Juan Carlos Millán, José Ibar y Oscar Macías fue algo inmenso.
También, cuando jugábamos las Selectivas junto a los peloteros de Industriales, fue un honor compartir con el Duque, Vargas, Javier, Padilla, Germán y todas esas estrellas capitalinas.
Tu promedio por encima de los 300, la ferocidad con que defendías la antesala te hicieron integrar varios equipos Cuba A y B. ¿Mejores momentos en esos equipos?
Momentos y anécdotas hay muchos, pero sin dudas, mi mayor logro fue representar a Cuba en el primer tope contra un equipo profesional de la MLB. Haber tenido el privilegio de compartir con Omar Linares, Orestes Kindelán y Antonio Pacheco… ¡uff! Y claro, haber conectado el único jonrón en el partido de vuelta en Baltimore.
¿Qué pitcher te dominaba y a cuál le pegabas a tu antojo?
En realidad no tengo diferencia para los pitchers porque un día me dominaban y al otro yo les bateaba, mis respetos para todos. En Cuba, en mis tiempos, había un béisbol de altura, de clase.
En Cuba, en mis tiempos, había un béisbol de altura, de clase
En nueve Series Nacionales, dos Selectivas y dos Copas Revolución, el habanero bateó para 319 con 54 jonrones y 151 dobles. Su slugging ascendió a 466 y su OPS a 850. ¿Podrías integrarme tu equipo Cuba de todos los tiempos?
Difícil la pones pero ahí va. Cátcher, Pedro Luis Rodríguez; jugadores de cuadro: Antonio Muñoz, primera; Antonio Pacheco, segunda; Omar Linares, tercera y Germán Mesa, torpedero.
En los jardines, Luis Ulacia (LF), Víctor Mesa (CF) y Luis Giraldo Casanova (RF); bateador designado, Orestes Kindelán. Los pitchers, Orlando “el Duque” Hernández, Jorge Luis “el Tati” Valdés y relevista Euclides Rojas
¿Tus emergentes de lujo?
Contra derechos, Agustín Marquetti y contra zurdos, Lourdes Gourriel.
Andy, la situación en Cuba no puede estar peor; el deporte es un reflejo fiel y el béisbol es un desangramiento constante. Por un lado, es triste ver esos equipos Cuba que no ganan y hacen los papeles irrisorios que hacen; por otro, engrandece al béisbol cubano los peloteros nuestros en la MLB
Para nadie es un secreto la situación actual de Cuba; eso mismo pasa en el béisbol ya que una cosa está ligada a la otra. En lo que respecta a la pelota, muchos se van porque no les dan oportunidades y para buscar un mejor futuro. Soñar en Cuba es imposible. Eso se multiplica en todos los deportes.
Para nadie es un secreto la situación actual de Cuba; eso mismo pasa en el béisbol ya que una cosa está ligada a la otra. En lo que respecta a la pelota, muchos se van porque no les dan oportunidades y para buscar un mejor futuro
En las Grandes Ligas y otras ligas profesionales en naciones como Japón, Corea del Sur, Taiwán, México, también sobresalen peloteros cubanos, muestra fehaciente de la sostenida calidad de nuestro béisbol.
A todos, estén donde estén les deseo éxito y prosperidad y que puedan vivir decentemente como en la actualidad vivimos mi familia y yo. Cada vez que un compatriota triunfa, es como si lo hiciera yo. Todos somos cubanos y sus éxitos son compartidos por todos.
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