El locutor Yunior Morales respondió este jueves a las críticas que recibió por su visita al emblemático Cabaret Tropicana y aseguró que, por diferencias políticas, existe odio entre los cubanos que viven en la isla y los cubanos que viven fuera.
En una transmisión directa desde su perfil de Facebook, Morales defendió su derecho de ir a Tropicana o al lugar que desee, sin necesidad de que nadie lo juzgue por eso y mucho menos, sin convertirse en blanco de ofensas y groserías, pues él siempre ha sido muy crítico con el gobierno cubano, por lo que ha perdido dinero y trabajos.
El locutor se refirió a un comentario que recibió en su post con fotos de Tropicana, en la que fue acusado de hipócrita por acudir al show del cabaret, mientras miles de cubanos permanecen presos por manifestarse el 11 de julio.
Dijo que esa respuesta constituye una muestra de mentalidad atrasada y comparó la reacción con las críticas que recibiera la joven madre cubana Amelia Calzadilla tras señalar a los dirigentes del país por las necesidades de la población. Apuntó Morales que a Amelia la juzgaron los representantes del régimen por tener algunos equipos electrodomésticos en su casa y que a él lo ataca un opositor desconocido por ir a disfrutar de un espectáculo cultural.
“¿Qué tenía que haber hecho yo para que este señor, que me imagino que esté fuera del país, me vea a mí como una lacra comunista, (...) como un hipócrita, porque yo fui a Tropicana? Señor, ¿qué tenía que hacer yo si me invitaron a Tropicana?”, cuestionó el artista y agregó que él nunca ha tenido miedo a decir lo que piensa y que incluso en uno de sus últimos videos pidió la libertad de los presos políticos para que esas madres puedan disfrutar de la alegría de tenerlos en casa.
Sobre sus reclamos al gobierno afirmó que los ha hecho “desde mi posición, como locutor de radio y televisión, como ciudadano cubano, aquí dentro de Cuba, que eso mucha gente no lo ha hecho. Es sin que nadie me tenga que pagar un kilo, porque la verdad no tiene precio”.
Agregó que él nunca había ido a Tropicana y que, como muchos cubanos, no conoce la isla entera y que tiene derecho a disfrutar de las invitaciones que le hacen, porque cuando su madre falleció, nadie dejó de comer ni de vivir.
“Es un atraso tan grande que nos separa, que nos divide. (...) El daño que le hicieron al cubano es muy grande. El cubano está muy dividido, el que está afuera, el que está dentro, todos en general. (...) Y eso es lo que precisamente nos hace que tengamos todo ese malestar, todo ese descontento, esa falta de unidad, porque hay cubanos que están queriendo joder al otro”, comentó.
El locutor cubano pidió a sus coterráneos dejar el odio, la falta de sensibilidad y la guerra de unos con otros. Dijo que él no pertenece a ningún bando, a ningún partido, pero que seguirá diciendo sus verdades, no para complacer a nadie, ni para que nadie lo celebre. “La ideología del odio, dentro y fuera, es la que separa al cubano, es la que lo atrasa, la que lo vuelve inútil”, afirmó al final de su video.
El comunicador cubano defendió a mediados de junio a Amelia, quién también fue blanco de críticas por sus críticas al gobierno y alertó que las autoridades pudieran usar cualquier excusa para fabricar cargos judiciales contra ella.
“Hay que valorar mucho a la persona que dice la verdad, porque todo el mundo no se atreve y aunque le fabriquen cualquier cosa (...) hay que estar muy atentos”, agregó Morales, visiblemente preocupado por la salida que pueda buscar el régimen en el caso de Amelia, pues sus reclamos han encontrado eco en muchas otras madres cubanas y otros miembros de la sociedad civil.
Poco antes el comunicador cubano había denunciado al gobierno de Cuba como principal culpable de los derrumbes que se produjeron en La Habana durante las fuertes lluvias que ocurrieron a inicios de mes. Advirtió que si algo pasaba con su vivienda, que se encuentra en mal estado por no tener posibilidades de restaurarla, ellos serían los responsables.
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