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La víspera comenté en este espacio la llegada de la mejor representante histórica del atletismo cubano, Osleydis Menéndez, a suelo estadounidense. Manifesté que para nada me sorprendía la decisión de la laureada jabalinista.
Entonces me di a la tarea de localizar al Dardo Antillano y a esta hora de la noche, casi las 10, la chica del municipio matancero de Martí respondió a mi llamada.
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¡A ti no puedo decirte que no, prácticamente una madre para nosotros los atletas, más de mi época! A ver… ¡pregunta!
Confieso que me quedé sin palabras pues he sacado a Osleydis, cuyo verdadero y nunca revelado nombre es Olisdeilyis, prácticamente de la cama, tras un agotador periplo por nuestra América.
Me fui por Santiago de Cuba rumbo a Jamaica y de ahí entré a Nicaragua, punto de partida de una infernal travesía que nunca olvidaré.
Arriesgué mi vida, aguanté maltratos verbales pasando por adversas condiciones climatológicas, lo mismo de calor intenso que de un gran frío; sin bañarme. Fue todo un esfuerzo descomunal. Finalmente pude atravesar el Río Bravo por Piedras Negras. Cuando pisé suelo norteamericano supe que mi sueño echaba a andar. Yo soy guerrera, siempre lo he sido, y sabía que llegaría.
¿Por qué tomaste la decisión de partir?
Salta a la vista Julita. Decidí irme porque soy una joven mujer con sueños y deseos y decidí buscar otros horizontes para luchar por mi futuro y el de mi familia. Hemos pasado mucho trabajo en esta vida.
El abandono de las figuras es tan habitual que nadie repara en ello. Entregas toda la vida, pones el nombre de tu deporte y de tu país en lo más alto y cuando te retiras, la gloria te la guardas en tu casa. No me dieron valor alguno; me sentí discriminada, subestimaron mi humildad, mi forma de ser.
Ahora, recién llegada a Miami ¿dónde estás, cuáles son tus planes?
Me recibió una familia de mi municipio, Martí. No tengo nada en la mano aún pero no pararé hasta lograr mi sueño de convertirme en entrenadora, poder trabajar con buenas condiciones y lograr resultados como los que yo tuve en mi especialidad con alumnos que quieran labrarse una carrera en el atletismo.
Sólo para recordar a los más jóvenes: la yumurina es doble titular mundial juvenil, doble monarca del orbe como adulta (en el Mundial de Helsinki 2005 estableció primado universal de 71 metros 70 centímetros) y campeona olímpica de Atenas 2004 con récord incluido de 71, 53.
¿Una nueva plusmarca mundial para Osleydis Menéndez?
Y dilo, llegar a Estados Unidos es como tirar 75 metros, una meta que me propuse y no pude alcanzar. Pero tengo los 75 metros de mi voluntad, de mi alegría, de mi decisión de vencer, de ayudar a mi familia y de ser una persona que puede materializar sus sueños.
Dejo descansar a Osleydis en su primera noche en Miami, la ciudad donde las quimeras se hacen realidades.
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