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La historia se ha utilizado muchas veces para desposeer y calumniar, pero puede usarse para facultar y humanizar. Las “historias” pueden quebrar la dignidad de un pueblo, pero también pueden restaurarla, cuando podemos razonar y respetar la diferencia; cuando somos capaces de rechazar el relato único, y cuando comprendemos que nunca existe una única historia sobre ningún lugar. Es decir, saber ponerse en el lugar del otro, intentar entender los argumentos del otro, establecer puentes de diálogo a través de palabras con el otro; en definitiva, tolerarnos y consolidar principios éticos y convicciones morales irrenunciables y comunes, no sujetos a los, a veces caprichosos, y otros arteros, vaivenes de la historia.
El concierto que el cantautor Pablo Milanés ofrecerá este martes en La Habana cambió de sede, tras las protestas desatadas por el limitado espacio donde se realizaría y la aparente intención oficial de distribuir parte de las entradas a organismos gubernamentales, según informaron autoridades de la isla. El concierto en el estadio de la Ciudad Deportiva, reunirá a quince mil cubanos, arrullados por música y sentimiento, sin contemplación alguna sobre la posición política de su vecino de asiento. Pareciera ser un buen punto de arranque para abrir una puerta hacia la convivencia.
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En el ámbito musical y teatral se llama ensayo a la fase preparatoria de una representación, un concierto o bien una ópera, que precede las representaciones con público. En la fase de ensayos se van ajustando los aspectos técnicos y artísticos del espectáculo hasta su perfecta combinación y sincronización, culminan cuando el espectáculo ya puede ser mostrado al público, el día del estreno. Quizá este concierto, no sea más que el ensayo que preceda a la representación final en un nuevo escenario para Cuba.
La música, las artes, las letras, nos demuestran que hay vida y sentimiento mucho más allá y más profundo. Que todos los seres humanos compartimos, la necesidad de ser apreciados, de sentirnos queridos y valorados, de aprender, de la familia, del alimento, del honor, del idealismo, de la justicia social, de la necesidad de tener la individualidad garantizada, de tener entornos estables y organizados: es decir la necesidad de sentirnos seguros.
La música de Pablo Milanés llevará a los cubanos a mundos imaginarios que pueden perfectamente ser reales. Cubanía y humanidad son una constante en su repertorio.
“No hace falta que me bajes una estrella azul, sólo quiero que mi espacio llenes con tu luz ……… Libertad.”
Fdo.: Marthadela Tamayo González, vicepresidenta primera; Elena Larrinaga de Luis, Secretaría Relaciones Internacionales y Manuel Cuesta Morúa, vicepresidente.
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