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El gobierno cubano calificó de racista y xenófoba la declaración final sobre migración de la IX Cumbre de las Américas, aprobada este viernes en el evento regional, del cual fueron excluidos representantes de los regímenes totalitarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
“La Declaración Hemisférica sobre Migración y Protección de Migrantes impuesta en la IX Cumbre por EE.UU. es muestra de su visión racista, xenófoba y expoliadora de los migrantes. No atiende en modo alguno las causas reales de la migración”, afirmó en Twitter el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla.
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El representante de la dictadura añadió que “será imposible obtener resultados concretos en la gestión de los flujos migratorios irregulares si no se materializan el diálogo y la colaboración genuina entre todos los gobiernos implicados, para dar respuesta a un problema de naturaleza global”.
Al mensaje del canciller cubano reaccionaron cientos de internautas, en su mayoría para criticar la doble moral del gobierno que cuestiona lo que hacen otros países, mientras en Cuba se reprime y se mata de hambre al pueblo, forzando una estampida de inmigrantes ilegales.
“Ustedes no tienen vergüenza y piensan que todo el mundo les cree el cuento, cuando son ustedes los principales culpables de que los cubanos hagan cualquier sacrificio y pongan sus vidas en peligro para salir a buscar mejores oportunidades”, afirmó un usuario de esa red social.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y otros líderes hemisféricos presentaron este viernes un nuevo conjunto de medidas para hacer frente a la crisis migratoria en la región..
Las medidas incluyen que EE.UU. y Canadá acojan a más trabajadores temporales, proporcionen vías para que las personas de los países más pobres trabajen en los más ricos y ofrezcan mayor protección a los inmigrantes.
"Estamos transformando nuestro enfoque para gestionar la migración en las Américas", dijo Biden. "Cada uno de nosotros está firmando compromisos que reconocen los desafíos que todos compartimos", agregó durante la última jornada de la cumbre, donde se dio a conocer la "Declaración de Los Ángeles", cuyo objetivo es crear incentivos para los países que acogen a un gran número de migrantes y repartir la responsabilidad por toda la región.
El documento puede verse como uno de los mayores logros del encuentro regional marcado por las diferencias de opinión con respecto a la lista de invitados. Los presidentes de México y varios países centroamericanos no asistieron personalmente y solo enviaron a diplomáticos de alto nivel después de que Estados Unidos excluyera a Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Según el portal web Voz de América, la declaración incluye vías legales para ingresar a los países, propone la creación de programas de ayuda a las comunidades más impactadas por la migración, acciones de gestión humanitaria de fronteras y respuestas de emergencia coordinadas por los países más involucrados en el fenómeno.
Se trata de un modelo que aplican los gobiernos de Colombia y Ecuador, naciones que han acogido a muchos de los 6 millones de inmigrantes que han salido de Venezuela en los últimos años.
El aporte de Cuba a la crisis migratoria regional es significativo, sobre todo en los últimos 15 meses en los que se han registrado flujos de indocumentados sin precedentes. La alarmante cifra rebasa los 145,000, número muy superior a las registradas en 1980 durante el éxodo del Mariel (125,000 personas) y la crisis de los balseros de 1994 (35,000).
Solo en abril pasado los datos resultan desproporcionados, con la detención en frontera de 34,821 cubanos. En este crecimiento influye significativamente el anuncio, por parte del gobierno de Joe Biden, de una política migratoria más flexible que la impuesta por la administración de Donald Trump.
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