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La madre de dos estudiantes de la Escuela Primaria Robb se saltó el cordón policial y logró rescatar a sus hijos con vida durante el tiroteo donde perdieron la vida 19 niños el pasado 24 de mayo.
The Wall Street Journal relató el caso de Angeli Rose Gómez, una mujer de 40 años que tras escuchar las noticias del tiroteo condujo 50 kilómetros a toda velocidad para llegar a la escuela. Allí estudian sus dos hijos, en segundo y tercer grado.
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Gómez cuenta que al llegar sintió que las fuerzas de seguridad no estaban actuando como debían, y en medio de su desesperación decidió cruzar el cordón policial.
"Simplemente estaban parados fuera de la cerca. No estaban haciendo nada", dijo al referirse a los agentes de seguridad.
Tras cruzar el cordón la policía esposó a la mujer por "intervenir en una escena de crimen activa". En ese momento ella y otros padres exigían a los guardias que entraran en la escuela y salvaran a los menores.
La madre, desesperada, logró que un oficial le quitara las esposas, y entonces brincó la cerca y se internó en el centro escolar. Fue directamente a las aulas de sus hijos y salió con ellos.
Su testimonio confirma las acusaciones contra la Policía de la ciudad de Uvalde en Texas. Las autoridades reconocieron que los agentes llegaron al centro escolar rápidamente, pero tardaron en actuar casi una hora.
A pesar de que las fuerzas policiales estaban en los pasillos, el atacante, Salvador Ramos, tuvo 40 minutos para masacrar a los niños del aula de cuarto grado.
Algunos videos difundidos después de este lamentable hecho confirman que varios padres desesperados empujaron a los agentes para rescatar a sus hijos por cualquier medio, mientras el pistolero permanecía dentro de la escuela.
El miércoles, el director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Steve McCraw, dijo que transcurrieron entre "40 minutos" y "una hora" entre el momento en que el tirador irrumpió en la escuela y cuando un agente de la Patrulla Fronteriza de EE.UU. entró al aula y lo mató.
El funcionario detalló que mientras el asesino disparaba dentro del salón de clases, una veintena de policías esperaban afuera en un pasillo sin intervenir.
Según McCraw, el comandante al mando de la operación, que no fue identificado, pensó que el tirador estaba en un aula donde no había niños y decidió esperar por refuerzos. "Pensaron que los niños no estaban en peligro", admitió.
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