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El gobernante venezolano Nicolás Maduro Moros solicitará a las autoridades de Estados Unidos que le concedan visa a él y su esposa, Cilia Flores, para asistir a un festival de salsa boricua, programado para celebrarse en la ciudad de Nueva York a comienzos del próximo mes.
“Estoy pidiendo mi visa para ir a Nueva York, al festival de la salsa boricua en Nueva York. El día 11 de junio, nos vamos Cilia y yo, directo a Nueva York. ¿Me esperan en Nueva York? A mí me gusta mucho Nueva York. Yo conozco muy bien Nueva York. He manejado muchísimo en Nueva York, ¿verdad Cilia?”, declaró este viernes el líder bolivariano en el programa La Hora de la Salsa de Futuro TV.
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Las declaraciones fueron recibidas con risas por parte de los entrevistadores del programa, quienes quizás percibieron ironía en las palabras del dictador venezolano. La visita de Maduro se produciría el día 11 de junio, un día después de la Cumbre de las Américas, a la cual todo parece indicar que no será invitado.
Tradicionalmente, el 12 de junio se celebra en Estados Unidos el Desfile del Día de Puerto Rico (National Puerto Rican Day Parade), una fiesta a lo largo de la Quinta Avenida en el distrito de Manhattan, en el corazón de Nueva York.
El desfile, que atrae a muchas celebridades puertorriqueñas y políticos del área de los Tres Estados, se lleva a cabo el segundo domingo de junio, en honor a los 3.2 millones de habitantes de Puerto Rico y todas las personas de nacimiento o ascendencia puertorriqueña que residen en “Estados Unidos continentales”.
La Cumbre de las Américas, prevista para celebrarse entre el 6 y 10 de junio en la ciudad de Los Ángeles, se mantiene envuelta en la polémica sobre los Estados que serán finalmente invitados, una incógnita que pesa fundamentalmente sobre Cuba, Venezuela y Nicaragua, pero que ha provocado el rechazo al posible veto a estas dictaduras por parte del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
Estados Unidos -que vuelve a ser país anfitrión desde que celebró en 1994 la primera Cumbre en Miami- ha manifestado el deseo de la administración Biden de que la Cumbre de las Américas dedique especial atención a la cooperación entre gobiernos del hemisferio occidental, fundamentalmente en temas como la migración y los derechos humanos, en los que el régimen cubano tiene poco de lo que enorgullecerse.
"Seguramente no estarán ahí", apuntó recientemente el subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos de EE.UU., Brian A. Nichols, ante un grupo de periodistas. El funcionario recalcó una vez más que la cumbre se enfocará en los gobiernos democráticos del hemisferio occidental.
"Cuba, Nicaragua y el régimen de (Nicolás) Maduro no respetan la carta democrática de las Américas y por lo tanto no espero su presencia", aseguró Nichols días más tarde la canal de noticias NTN24.
Sin embargo, funcionarios del gobierno del presidente Joe Biden indicaron este viernes que estarían considerando invitar a un representante cubano a la Cumbre, en un esfuerzo por evitar un boicot potencialmente vergonzoso por parte de algunos líderes regionales.
La discusión se ha centrado en permitir una presencia cubana en la cumbre de Los Ángeles por debajo del nivel del presidente o ministro de Relaciones Exteriores del país, pero está en una etapa temprana y no se ha tomado una decisión, reveló una fuente a la agencia Reuters.
Mientras las dictaduras de Cuba y Venezuela utilizan el presunto veto de Estados Unidos a su participación en el conclave como herramienta de agitación y propaganda hacia sus simpatizantes, sus líderes -como en el caso de Maduro- se permiten bromear sobre el asunto.
El tono sarcástico del mandatario venezolano pone en evidencia la necesidad del “histórico enemigo” (Estados Unidos) de consolidar sus alianzas regionales ante la amenaza geoestratégica que representa la cercanía de Rusia hacia estos países en el momento actual, con la invasión de Ucrania como telón de fondo.
“En el sur de Nueva York queda la pequeña Italia, ‘the Little Italy’. Ahí venden unos espaguetis mundiales. Y el barrio chino, y Manhattan, y el barrio dominicano y el barrio portorriqueño. Ahí me la pasaba yo, en las calles de Nueva York. Mis saludos a toda la gente buena de los Estados Unidos de Norteamérica. Amamos los Estados Unidos de Norteamérica. Por Estados Unidos lo que tenemos es amor. AMOR”, dijo este viernes Maduro en su repentino arrebato de amor hacia “el imperio”.
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