Luego de una separación de más de medio siglo, el líder del exilio cubano de Miami, Ramón Saúl Sánchez, pudo finalmente reencontrarse con su hermano pequeño, quien permanecía en Cuba hasta fechas recientes, en las que abandonó la Isla rumbo a Nicaragua.
“Estos dos hermanos estuvieron 55 años separados. Son cubanos y se reencontraron hace unos meses en Miami. Aquí les dejo el video completo de este momento tan esperado por ellos y por su familia. Se trata de Ramón Saúl Sánchez y su hermano Eduardo Rizo”, precisó el periodista de Univisión 23, Javier Díaz, en sus redes sociales.
El video del emocionante reencuentro muestra cómo ambos hermanos se funden en un abrazo interminable a la salida del aeropuerto. Mientras se abrazan y lloran, sus manos acarician sus cabezas, en un gesto de cariño y familiaridad único entre hermanos.
Junto a otro hermano menor, Sánchez emigró a Estados Unidos en 1967, cuando tenía 12 años. Su padre los envió para evadir el reclutamiento de ambos en el Servicio Militar Obligatorio en la isla. En Cuba quedó su hermano pequeño, Eduardo Rizo, que solo contaba dos añitos en el momento de la separación.
55 años, 11 meses y 9 días después, los hermanos se reencontraron y revivieron ese cariño que solo se manifiesta en la familia, y que ambos necesitaron y no pudieron tener gracias a la división causada en las familias cubanas por la llamada “revolución” de Fidel Castro.
Recién llegado a Miami, Eduardo recordó ante las cámaras de Univisión la falta que le hizo su hermano mayor tras fallecer la madre de ambos, Mireya Rizo. Según el canal de noticias, Sánchez no pudo ir al entierro porque el régimen de Cuba lo desterró tras su activismo político en el exilio.
“Hemos pasado momentos muy difíciles… ese abrazo que se necesita cuando se pierde un ser querido, ese calor y ese amor”, dijo Rizo entrevistado por el citado medio, mientras ambos hermanos comían en un local de la Pequeña Habana.
Por su parte, Sánchez confesó que siempre que veía imágenes de reencuentros familiares en el aeropuerto de Miami, anhelaba esa dicha para su familia. “Era como una ilusión, quizá un día me toque a mí con ellos, hasta que llegó, llegó el día”, dijo a Noticias 23 entre lágrimas.
También reconoció el temor que le provocaba imaginar que su hermano pudiera lanzarse al mar con tal de escapar de la Isla.
“Acá siempre teníamos el miedo de que un día intentara hacer algo por el mar, o cualquier otro lugar para venir a través de ese peligro tremendo, y siempre le quitamos la idea. Pero con el deseo de verlo, por supuesto, y soñando un día con reunirnos”, dijo el líder del Movimiento Democracia.
Finalmente, Rizo escapó por Nicaragua, sumándose al éxodo de cubanos que emprendió el camino al exilio por esa vía, que se volvió masiva después que el régimen de Daniel Ortega estableció el libre visado a los cubanos que quisieran ir a “visitar volcanes”, como llegaron a decir las autoridades nicaragüenses, sirviendo de intermediarios en la estrategia de presión migratoria de Cuba sobre Estados Unidos. Una estrategia que parece haber funcionado, como presuntamente indica el reciente viraje de la política hacia Cuba emprendido por la administración Biden.
Una vez en México, Rizo avisó a su hermano que se entregaría en la frontera. Satisfechos los trámites correspondientes, los hermanos pudieron darse el abrazo que llevaban esperando por más de medio siglo.
Ahora aprovechan cada minuto que pasan juntos e intercambian sus impresiones sobre la vida en libertad. En Cuba “estábamos con una venda en los ojos. Es lo único que tengo que decir”, dijo Rizo a los periodistas. “Ahora nos abrazamos y nos besamos tres o cuatro veces al día”, afirmó emocionado Sánchez.
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