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Las autoridades sanitarias cubanas se preparan para una eventual llegada al país de la hepatitis infantil aguda de origen desconocido, enfermedad que se ha reportado en una docena de países.
El doctor Francisco Durán García, director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, informó en transmisión televisiva que aunque no se han dado casos de esta enfermedad en Cuba, ya se elaboró un plan de vigilancia para saber cómo proceder si se notificara algún niño con algún síntoma.
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Según el experto, se elaboraron normas para la prevención y el control de la enfermedad, al igual que se hizo en enero de 2020 ante la amenaza del COVID.
Durán recomendó mantener el uso del nasobuco, pues en un porcentaje de los casos estudiados de hepatitis en el mundo se halló la presencia de un adenovirus (patógeno que produce cuadros respiratorios y se transmite por contacto o por el aire), particularmente el F41, una variante más agresiva; aunque no se descarta que sea un virus no identificado.
El especialista subrayó que se orientó la observación a los casos pediátricos que lleguen a las instituciones de salud con síntomas como orinas oscuras, heces fecales claras, malestar y trastornos digestivos, sin causa aparente.
El director de Epidemiología, que se hizo muy conocido en Cuba durante la pandemia de coronavirus, dio declaraciones en abril al diario oficialista Granma en las que negó la existencia de pacientes con la variante de hepatitis aguda infantil.
Durán calificó de "totalmente falsas e infundadas" las noticias que señalaban que la variante de hepatitis aguda infantil había llegado a la Isla, y afirmó que circulaban "de manera malintencionada".
El pasado 5 de abril, Reino Unido notificó los primeros 10 casos de hepatitis infantil aguda de origen desconocido.
Desde entonces, unos 200 menores de edad, de entre un mes de nacido y los 16 años, se han contagiado en 20 países, según la Organización Mundial de la Salud.
Al menos un niño ha muerto, y más de una docena necesitaron un trasplante de hígado.
El padecimiento, de origen aún desconocido, presenta como síntomas clínicos de más frecuencia la inflamación del hígado con enzimas hepáticas marcadamente elevadas, dolores abdominales, vómitos y diarreas.
Los casos no presentan los virus típicamente responsables de la inflamación aguda del hígado: hepatitis A, B, C, D y E.
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