Una turista española que estuvo de visita en Cuba y comprobó en primera persona la grave crisis que económica y social que viven los cubanos, vivió una experiencia casi surrealista cuando varios ancianos la enfrentaron por estar difundiendo la realidad de la Isla.
Laura Méndez estaba grabando una cola de personas sentadas en una acera esperando para poder comprar el pan de la libreta, cuando una anciana se le acercó furiosa y le recriminó por lo que estaba haciendo, y hasta la llamó comemierda.
"¿A que tú vienes aquí, a comer mierda?", le dijo la mujer.
"A enseñar la verdad", respondió Méndez.
"A comer mierda es a lo que vienes aquí", añadió aquella, antes de amenazar con llamar a la policía.
Inmediatamente se sumó otro anciano y empezó a decirle comemierda también.
"¿A usted le parece normal?", preguntó la joven refiriéndose a la cola que estaban haciendo para poder comprar un solo pan.
"A usted no le interesa", contestó él.
Los cubanos le dijeron que en España la situación está peor, y que la gente allí se está muriendo de COVID.
"Nosotros no tenemos que hacer cola", replicó la turista.
La joven no daba crédito a lo que veía, cuando de pronto la anciana empezó a gritar Patria o Muerte.
"Mirad esto, amigos. La gente está a favor, pasan hambre, y están a favor", dijo, entre risas.
"Ustedes no saben lo que pasa en nuestro país. Ustedes solo saben lo que les cuentan vuestras noticias", añadió.
Laura visitó Cuba junto a su amiga, la influencer española Rosa Martorell, quien en los últimos días ha dejado constancia en sus redes sociales de la penuria en que viven los cubanos.
Rosa conoció de la existencia de la libreta de abastecimiento, y se cuestionó si es para todo el mundo o si la élite del poder lleva una vida totalmente diferente.
"Así es como vive el pueblo cubano, sometido al Estado e inmerso en la miseria. No sé cómo se atreven algunos a decir que los cubanos no pasan hambre cuando los productos que les venden por la libreta les pueden durar para una semana o menos. Me gustaría a mí saber si la cúpula socialista dispone también de esa libreta, de esa cartilla de racionamiento", comentó.
La joven, que se identifica como iamrousmary, quedó impactada con las carencias cotidianas de Cuba, y reveló que muchas veces, teniendo dinero para comprar agua y comida, le era imposible adquirir nada.
"Es prácticamente imposible encontrar agua para beber en los sitios. Tienes que ir preguntando a la gente de las casas para que te consigan agua. Lo mismo pasa con la gasolina. Hemos parado en cuatro o cinco gasolineras y no hay", dijo.
La influencer compartió una experiencia que la horrorizó. En su visita a Trinidad, se quedó de piedra al ver cómo se distribuye la leche que el gobierno les vende a los niños por la libreta de abastecimiento.
La grabación la hizo a la una de la madrugada, ante una cola de personas que esperaba un camión con el producto. En el punto de venta vio a un empleado echar en un tanque de plástico la leche que salía directamente de la pipa por una manguera, la que manipulaba sin guantes ni ningún medio de protección.
"La manguera está sucia, señor, esto luego la gente se lo bebe. Lo ha tocado usted con las manos, eso muy higiénico no es", se quejó ella, a lo que le respondieron: "Eso se hierve".
"Esta es la realidad de un país comunista como Cuba. Represión, escasez de agua, escasez de leche. La leche llega a la una de la mañana y encima llega sucia. Dicen que la gente tiene que hervirla cuando llega a casa porque si no hay quien se la beba. La leche está llena de mierda", recalcó la visitante.
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