Madre cubana denuncia que municipalización de las compras es discriminatoria

"Esta situación afecta a las madres trabajadoras que no tenemos el día entero para hacer cola en la tienda del barrio donde se supone que debemos comprar; compramos cerca del trabajo o donde podamos, porque cuando llegamos a casa nuestra tienda está cerrada, o ya se acabó todo", dijo la mujer.

Tienda La Isla de Cuba (Imagen de archivo) © CiberCuba
Tienda La Isla de Cuba (Imagen de archivo) Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 2 años

Una madre cubana denunció su mala experiencia al intentar adquirir culeros desechables para su hijo en La Habana, debido a que la tienda donde había no está ubicada en su municipio de residencia, y por tanto no tenía derecho a comprarlos.

Rouslyn Navia Jordán envió un mensaje público al gobierno provincial de La Habana, en el que califica de discriminatoria la llamada municipalización del comercio, una medida adoptada en las tiendas de las Cadenas Caribe y CIMEX, que obliga a los usuarios a comprar solo en el territorio donde viven.


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"En la tienda La Isla de Cuba, que pertenece a Habana Vieja, hay culeros desechables tercera etapa y no me dejan comprar porque soy de La Lisa. Pero en La Lisa ¡no hay!", expresó en un texto en su muro de Facebook.

La mujer relató que habló con los de los miembros de los llamados "grupos de lucha contra coleros (LCC)" y les explicó que ella es de otro municipio y que no llevaba la libreta de libreta de abastecimiento encima, pero sí la tarjeta de menor del niño, porque hasta la semana pasada era suficiente para comprar los culeros en cualquier tienda.

"Ahora resulta que también necesitan la libreta de la bodega. Y bueno, de todos modos yo no soy del municipio así que no. No puedo comprar. La solución que me sugirieron fue que le pidiera el favor a alguien de la cola, a ver", subrayó.

Pero Navia Jordán vivió otro episodio más humillante aún.

Decidió hacer una foto desde la acera donde se veía el cartel de la tienda, en el momento en que pasaba uno de LCC.

"Salió una mujer de la tienda de las que anota en la libreta, asumo que LCC, y me llamó a mí y a un policía que estaba cerca para decirle que yo estaba tirando fotos. Le enseñé la foto en el celular, le dije que no había tomado fotos dentro de la tienda. Resulta que según ella, y según el policía, tampoco puedo hacer fotos del exterior de la tienda. Les dije que me dijeran qué ley lo prohibía. Ninguno supo decirme. El de LCC que salía en la foto (de espaldas) me dijo que tenía que borrarla, porque salía él, y si la dejaba me iba a demandar. Bueno, amenazó con quitarme el teléfono si no la borraba", dijo.

Tras borrar la foto, la mujer siguió discutiendo con todos y explicándoles que en la tienda de La Lisa que le toca hace muchísimo tiempo no venden culeros.

"El gobierno provincial al que emplazo tiene que saber que esta situación afecta a las madres trabajadoras, que no tenemos el día entero para hacer colas en la tienda del barrio donde se supone que debemos comprar, que compramos cerca del trabajo, o donde podamos, porque cuando llegamos a casa nuestra tienda está cerrada, o ya se acabó todo porque competimos en desventaja contra los que no trabajan y se pasan el día allí, haciendo colas 'para lo que entre', porque si no lo necesitan igual se lo llevan y luego lo revenden", precisó.

Finalmente, después de 10 minutos de discusión, llegó un hombre que se identificó como representante del gobierno y la autorizó a comprar los culeros.

"Los culeros no deberían restringirse por municipios porque la distribución se hace por tiendas y todos los municipios no son bendecidos con igual densidad de establecimientos. Basta mirar la página de TBKids y verán cuántas veces aparece una tienda de La Lisa entre las afortunadas", concluyó.

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