Ciudadano estadounidense cumple cuatro meses preso en Cuba sin abogado ni juicio

“Me arrestaron por tráfico de personas y a 20 personas más en mi bote”, después de un “registro ilegal” de la embarcación, dijo el prisionero a CiberCuba.

Curtis Snyder, capitán de embarcación detenido en Cuba. © Facebook / Curtis Snyder
Curtis Snyder, capitán de embarcación detenido en Cuba. Foto © Facebook / Curtis Snyder

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Este artículo es de hace 2 años

Un ciudadano estadounidense acusado de tráfico de personas en Cuba cumple cuatro meses preso en la cárcel para extranjeros La Condesa, al sur de La Habana, sin abogado y sin juicio. Su nombre es Curtis Snyder y pide ayuda a las autoridades de su país.

El 9 de diciembre de 2021 su embarcación fue interceptada por las Tropas Guardafronteras cubanas en “aguas internacionales, a 26 millas al norte de Cuba”, aseguró el detenido desde la prisión a CiberCuba.


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Snyder nació el 10 de enero de 1967 en Indiana, pero reside en Florida. Ha trabajado como capitán de una pequeña embarcación de esquife o remolque por 22 años, en un negocio familiar que fundaron sus padres hace tres décadas.

Fue detenido después de las 12 millas que marcan el límite territorial de aguas cubanas y de las 24 millas que, según el Decreto Ley 158, fijan el límite contiguo de operaciones para acometer medidas de fiscalización en la prevención de delitos y de preservación del medio ambiente.

“Me arrestaron por tráfico de personas y a 20 personas más en mi bote, después de un registro ilegal de la embarcación", dijo el marino. "Las personas a bordo se encontraban en la cabina del bote y no era posible verlas desde fuera, “por lo que no tenían motivos para registrar mi bote”.

Una vez detenido, fue conducido al Departamento Técnico de Investigaciones en La Habana (DTI), en 100 y Aldabó, donde estuvo un mes recluido sin derecho a recibir asistencia consular, según sus declaraciones. Pasado ese tiempo, fue trasladado a La Condesa, en la provincia Mayabeque.

“Cuando estaba en el DTI, la embajada no me vio durante 30 días. Dicen [los funcionarios] que trataron de verme… pero los investigadores les dijeron dos veces que estaba detenido en el DTI en La Habana. Luego vinieron a verme el 10 de febrero en Condesa”, contó Snyder.

De acuerdo con el artículo 348 del Código Penal vigente en Cuba, “el que penetre en el territorio nacional utilizando nave o aeronave u otro medio de transporte con la finalidad de realizar la salida ilegal de personas, incurre en sanción de privación de libertad de diez a veinte años”.

La sanción puede incrementarse a 30 años o cadena perpetua si el acusado incurre en la violencia, el uso de armas, pone en peligro la vida de las personas o haya menores de edad involucrados.

Versión oficial

No se ha sido posible acceder al reporte específico de la detención de Snyder, ni se conocen detalles oficiales sobre la captura del tipo de embarcación que poseía el capitán. Sí hubo, no obstante, mención en la prensa oficial cubana a un ciudadano estadounidense bajo custodia asociado con operaciones de tráfico de personas.

Una nota del Ministerio del Interior (MININT) reproducida en medios estatales y acreditados en Cuba asegura que el 10 de diciembre -un día después de la detención de Snyder- el Centro Coordinador Marítimo de Búsqueda y Salvamento de Tropas Guardafronteras había recibido una llamada de auxilio proveniente de una embarcación en peligro en las proximidades del poblado de Santa Cruz del Norte, provincia Mayabeque.

Se trataba de una “lancha rápida semihundida, con registro FL 7176SU de los Estados Unidos, sobrecargada de personas, en condiciones hidrometeorológicas adversas con la mar fuerza tres. Como resultado de estas acciones fueron rescatados dos menores, siete mujeres y 14 hombres entre ellos dos occisos”.

Más tarde, a finales de enero, la prensa estatal volvió a reportar dos operaciones frustradas de presunto tráfico de personas. Una tuvo lugar a una milla del faro de Punta Gobernadora, en Bahía Honda, provincia de Artemisa, y la otra en la zona de Playa el Pino, en el mismo municipio.

Vinculadas a la emigración ilegal de cubanos por vía marítima, en 2021 y hasta el 30 de enero de 2022 las autoridades cubanas capturaron 20 lanchas rápidas, arrestaron a “más de 30 traficantes de personas, de ellos 33 cubanos radicados en el exterior, cuatro mexicanos y un estadounidense”, informó el periódico Granma.

Sin representación legal

“Estoy muerta de miedo y no sé qué hacer”, confesó a CiberCuba su compañera, Denise Karafas, también ciudadana estadounidese.

Denise aclaró que su compañero “nunca ha estado en problemas” con la justicia y que la comunicación con él es difícil por varias razones: “Hablo con Curtis cuando puede llamar (…) Cuando hablo con él por teléfono no se le permite decir nada sobre su caso, así que ni siquiera sé cuándo llegará al juzgado”.

De acuerdo con los escasos conocimientos que tiene Denise, su esposo “iba en un barco y ‘se quedó sin gasolina’. No había sido instruido de cargos hasta ahora, pero había personas en el barco, así que (trata de personas) es lo que creo que puede ser la causa”, dijo.

“Lo raro es que estaba a 26 millas de Cuba en aguas internacionales”, agregó en claro cuestionamiento a la jurisdicción de las tropas guardafronteras cubanas para interceptar una embarcación con matrícula extranjera fuera de los límites territoriales. A la sureña le resulta extraño que su marido, con tantos años de experiencia como capitán, no haya llevado suficiente combustible para el viaje, cosa sin precedentes; teme que haya sido “forzado o algo” y confiesa que no sabe qué hacer.

“Me dijeron que contratara un abogado, y después que no lo contratara. Así que a partir de ahora solo estoy teniendo conversaciones con el hombre de la embajada en Cuba que va a verlo una vez al mes”, explicó.

En conversación telefónica con CiberCuba, Denise aclaró que la recomendación de no contratar un abogado provino del interior del DTI, supuestamente, de algunos compañeros de celda de Snyder antes de ser trasladado a La Condesa. En el caso de su marido, no hubo heridos ni muertos, en la travesía ni durante la captura. “Tampoco había menores de edad a bordo, ni drogas'', sostiene.

La legislación cubana no garantiza asistencia letrada desde el primer momento, aunque las autoridades cubanas se empeñen en decir lo contrario. De hecho, la ley ampara al Estado para mantener a Snyder en prisión provisional hasta por un año sin juicio.

De momento, el estadounidense lleva cuatro meses sin abogado, de acuerdo a las declaraciones de su esposa.

“Esto se está volviendo muy frustrante. Lo perdí todo porque me convertí en el único proveedor de la casa... Y no puedo pagarlo sola. No sé qué acciones tomar”, lamentó la mujer.

De acuerdo con información obtenida por CiberCuba, hay una veintena de ciudadanos estadounidenses presos en cárceles cubanas. El caso más notorio es el de Alina López-Miyares, arrestada en 2017 y condenada a 13 años de cárcel bajo acusaciones de espionaje.

Asistencia consular y pedido de ayuda

El ciudadano estadounidense asegura que solo ha podido comunicarse con su embajada en tres ocasiones, dos de ellas en persona. “Solo he visto a [representantes de] mi embajada dos veces”, dijo en referencia a dos visitas al centro penitenciario de funcionarios de la representación diplomática de Estados Unidos en La Habana. “Ambas personas me dijeron que no podían ayudarme”, lamentó.

La tercera comunicación que tuvo el capitán con su embajada fue vía telefónica. “Llamé a la embajada y me comuniqué con mi representante aquí... y le pedí que me trajera comida o cualquier cosa que pudiera ayudarme. Me dijo que no había nada que pudieran hacer por mí”.

"Ya no puedo comunicarme con nadie, no hay buzón de voz. Mi prometida en los Estados Unidos, Denise Karafas, ha enviado correos electrónicos y cartas y tampoco le responden", asegura Snyder, lo cual entra en contradicción con el testimonio de Denise que asegura que se mantiene en contacto con un funcionario de la sede diplomática.

Lo anterior pudiera ser un indicativo de lo difícil que resulta la comunicación con los reclusos en Cuba. La propia Denise reconoció a CiberCuba que a Snyder no le permiten discutir nada que tenga ver con su situación legal con nadie, lo cual vulnera al estadounidense que ya se encuentra en desventaja por no tener representación legal.

En respuesta a preguntas enviadas por CiberCuba a la embajada de Estados Unidos en La Habana, un portavoz del Departamento de Estado dijo que Snyder está recibiendo asistencia consular.

"Tenemos conocimiento de que un ciudadano estadounidense, Curtis Snyder, está detenido en Cuba. Nos tomamos muy en serio nuestra responsabilidad de asistir a los ciudadanos estadounidenses en el extranjero y estamos brindando todos los servicios consulares apropiados".

La incomunicación parece ser un patrón en las cárceles cubanas, con independencia de si se trata de prisioneros cubanos o extranjeros, a juzgar por las denuncias de otros reos en La Condesa y en el Combinado del Este.

Al abogado canadiense Benjamin Tomlin le han advertido “que mantuviera la boca cerrada y no hablara de estas cosas. No hablas de tu salud, no hablas de las condiciones de aquí ni de tu caso, de lo contrario te van a dar anotaciones por indisciplina severa, vas a perder tus privilegios de llamadas telefónicas y te van a poner en la celda de aislamiento”, dijo en febrero a CiberCuba desde el Combinado.

Asimismo, prisioneros hispanos esgrimieron la huelga de hambre como último recurso ante los maltratos que recibían en La Condesa y sus compañeros canadienses también han denunciado amenazas tras hacer pública su situación legal.

Por todo lo anterior, Snyder solicita el apoyo de su gobierno. “Los ciudadanos de las naciones del tercer mundo aquí reciben apoyo de sus embajadas y el país más poderoso del mundo no puede ayudarme. Me siguen diciendo que no hay nada que puedan hacer por mí”.

Condiciones de vida en La Condesa

“Las condiciones aquí en La Condesa son bastante malas”, dijo Snyder, quien intenta adaptarse a las deplorables condiciones del centro penitenciario. “Por ejemplo, cortan la electricidad y el agua por la noche y no puedes lavarte las manos después de orinar. Hay una estufa para cocinar todo y las moscas son horribles y pintan el techo de negro. Tienes que luchar contra las moscas cuando estás comiendo aquí”.

Sobre la dieta, se repite la mala elaboración y las cantidades ridículas que han denunciado sus compañeros en otras ocasiones a este medio. “Te dan arroz todos los días, arroz blanco, un pedacito de pan, algo que llaman sopa, agua, tal vez una cucharada de algún tipo de vianda”, lamenta el prisionero.

El MININT no respondió a nuestro mensaje sobre la situación de Snyder y las condiciones del penal.

“Aquí no hay nadie que hable inglés, ni un miembro del personal” de prisiones, agregó y en cuanto a su integridad física, la insalubridad de la cárcel para extranjeros es otro motivo de preocupación.

“No tienen agua corriente, no hay asientos en los baños. Tienes que sacar el agua de un bidón de cincuenta y cinco galones que llenan con pedazos de manguera y que todos manipulan después de orinar al sacar el agua con una jarra de un galón para descargar el inodoro”, dijo aclarando que el agua está llena de impurezas.

“Temo por mi salud aquí y la salud de todos en este lugar. Aquí no hay equipo médico, nadie ha recibido formación médica y las condiciones de vida son malas”, precisó.

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Annarella Grimal

Annarella O'Mahony (o Grimal). Aprendiz de ciudadana, con un título de Máster otorgado por la Universidad de Limerick (Irlanda). Ya tuvo hijos, adoptó una mascota, plantó un árbol, y publicó un libro.


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