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La activista cubana Camila Rodríguez, coordinadora de la plataforma Justicia 11J, denunció este martes que debido a las presiones de la Seguridad del Estado se vio forzada a abandonar la casa donde residía y mudarse a la de su madre, donde continúa bajo vigilancia y acoso policiales.
Rodríguez debió dejar su residencia anterior en la noche de este lunes y lleva más de 18 días bajo el cerco policial, que ahora se ha trasladado con ella a la vivienda de su familia, explicó en un post de Facebook.
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“Acá están la policía y los oficiales de la Seguridad del Estado, violando la dinámica de esta esta otra comunidad de vecinos. Solo que estos son los vecinos de buena parte de mi vida anterior, de mi infancia y primera juventud, cuyas preocupaciones siento como mías. No voy a dejar de asomarme a la ventana para intentar impedir manipulaciones, chantajes, amenazas ni intimidaciones, que son los métodos usuales que emplean para comunicación”, comentó Rodríguez.
“Si en el Vedado yo era una desconocida vigilada, en Abel Santamaría tienen sobradas referencias de quién soy y por qué soy. En el fondo, estoy orgullosa de tener abajo a la policía política de este país, lo cual no es más que la confirmación de que alguna cosa, por todos nosotros, he estado haciendo bien”, aseguró en su post.
“Ahora mismo estoy a la espera de alguna repuesta de los oficiales a cargo, porque en mi casa -como tal vez en la de muchos otros vecinos- no tengo ni un pomo con agua para realizar ninguna de las actividades que la requieren. Ya se acabó”, señaló.
El post termina con un link de actualización sobre los procesos judiciales y acoso a activistas y familiares de personas privadas de su libertad por motivos políticos relacionados con las protestas del pasado 11 de julio. Este trabajo de asesoramiento a los condenados por su participación en las protestas y acompañamiento a sus familiares que Rodríguez coordina desde la plataforma Justicia 11J ha sido la causa principal del acoso constante sobre la activista, en los últimos meses, por parte de la policía política cubana.
Rodríguez había sido arrestada el 31 de enero último por acudir para brindar su apoyo a los familiares de los manifestantes del 11J, en las cercanías del Tribunal Municipal de Diez de Octubre, donde eran juzgados varios de los que protestaron en las inmediaciones de la Esquina de Toyo. Dos días después fue liberada, y, en declaraciones a CiberCuba, calificó lo vivido en el lugar como “un panorama de terror”.
El pasado 18 de marzo, la activista fue amenazada con que la iban a circular si no se presentaba en un interrogatorio, en el que finalmente estuvo retenida por varias horas. Luego de ese día, el cerco policial en las afueras de la vivienda donde residía en El Vedado no había cesado.
El pasado viernes, cuando debió asistir a una consulta médica en el policlínico de 17 y J en esa misma barriada habanera, Rodríguez denunció que en el trayecto al centro de salud fue escoltada por al menos cinco policías entre uniformados y vestidos de civil.
“Ojalá llegue el día pronto en que todas esas personas que me escoltaron durante mi trayecto, estén produciendo alimentos y bienes para todos, o brindando servicios realmente útiles a la sociedad”, comentó en aquella ocasión.
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