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“Hoy la familia Waterman está de luto, se nos fue un niño todavía”, dijo Richard Waterman al anunciar este martes la muerte de su primo Atkinson Waterman Torrens, una de las más recientes víctimas cubanas de las aguas del río Bravo que separa México de Estados Unidos.
Inicialmente, se creía que Atkinson, de 24 años y natural de Remedios, Villa Clara, había intentado cruzar el río el 18 de marzo, de acuerdo con un llamado en redes sociales a petición de su familia en busca de información para “saber de su paradero si alguien de los que han venido por la frontera lo vio o saben algo”.
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La publicación, compartida por usuarios en diferentes grupos y perfiles en Facebook, incluía además el nombre completo del joven, su fecha de nacimiento y su estatura. Sin embargo, luego se supo que el cubano había perdido la vida “cruzando la frontera, el río Bravo”, aclaró su primo Richard.
El cruce había ocurrido antes. En conversación con CiberCuba, Richard reveló que perdió contacto con Atkinson el 13 de marzo. Ese día había intercambiado mensajes por Messenger en los que su primo le aseguraba que cruzaría la frontera y se entregaría a las autoridades migratorias.
“Voy camino al DF. Si dios quiere, me entrego hoy”, se lee en una captura de pantalla, cortesía de Richard a CiberCuba. En ese momento, “ya iba a cruzar el río Bravo, por Piedras Negras”, precisa el primo. El reloj de Messenger marcaba las 11:23 de la mañana.
“Mi primo fue encontrado hoy ahogado en el río Bravo -dijo Richard a CiberCuba-, yo vengo detrás de él en la travesía, lo que él salió una semana antes que yo, y le dije que me esperara para que no viajara solo, pero así son las cosas del destino. Diosito lo quiso así. Y lo peor fue que le preguntaron al coyote y dijo que él había cruzado el río, y todo era mentira: Se había ahogado”.
Atkinson había salido de Cuba el 26 de febrero con destino a Nicaragua y el 28 ya estaba en Guatemala. Después de dos semanas, se encontraba en el último tramo de su travesía, precisó Richard.
En el emotivo mensaje de Facebook, el primo reconoció que la muerte de Atkinson ha dejado un vacío en todos los que lo conocieron. “Dejaste con tu partida muchos corazones heridos, sangrando de dolor y de sentimiento. Tu familia, amigos y conocidos sentimos con pesar tu partida; ya la realidad nos manda [a] actuar como que nada ha pasado, como si todo estuviera bien y, mientras nos ponemos las máscaras para fingir bienestar, nuestros ojos aún no secan", confesó.
Sobre el fallecido destacó su personalidad impetuosa y libre, así como el amor que demostraba a su familia y amigos. “Siempre llevaste un mensaje rebelde en tus acciones, siempre con sueños muy claros y convencido de que en algún momento serían posible; poco aceptado por muchos estigmas sociales que nos obligan a alejarnos para no ser lastimados. Amoroso siempre, atento con tus seres queridos, apegado a tu gente, esa fue la esencia de tu existencia”, expresó.
En cuanto a su familia, dijo que la partida del joven dejó a sus "padres destrozados", así como a "hermanos muy tristes, amigos confundidos y con dolor por tu ausencia”, al tiempo que hizo patente su deseo de apoyar a quienes han quedado atrás.
“El compromiso de cuidar de los tuyos está latente en nuestros corazones. Ojalá nos alcance la vida para poder cumplirlo y honrarlo siempre. Desde donde estés, solo puedo pretender que estarás mejor. Que seguirás como siempre tratando de superarte y brindando a los demás ese cariño y ese apego que definió todo tu ser”, añadió.
Las muestras de cariño y condolencias no se hicieron esperar. Una persona que dijo haber sido su maestro lo definió como “uno de mis mejores alumnos" y aseguró: "Te recordaremos siempre por tu alegría”.
Otra usuaria dijo sentir un “dolor tan profundo" para el que "no hay palabras de aliento en estos momentos", y a la familia le deseó fuerzas "para soportar esta prueba tan fuerte y desgarradora”.
El 17 de marzo, las aguas del mismo río cobraron las vidas de dos villaclareños más, padre e hijo. José Luis González fue hallado inmediatamente, pero el cuerpo de su hijo Luis Miguel González Sáez apareció días después, en la localidad mexicana de Piedras Negras, estado de Coahuila.
Antes, el día 10, el inmigrante cubano Guillermo Alan Matos había perdido a su esposa uruguaya Alessa Nadines Patiño Rivero, de 25 años, y a su hijo Ismael, arrastrados por la corriente en la parte de Ciudad Acuña, en el mismo estado mexicano.
La entrada irregular de cubanos por la frontera sur de Estados Unidos marcó récord de 16,550 personas durante el pasado febrero, la mayor cantidad para un mes en más de dos décadas. En enero se registraron 9,714, y en diciembre 7,983.
En apenas cinco meses del año fiscal 2022, iniciado en octubre, entraron por puntos fronterizos con México un total de 46,752 inmigrantes cubanos y la cifra continúa en aumento.
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