WASHINGTON (Reuters) - Un funcionario estadounidense dijo este lunes que los servicios de inteligencia sugieren que el malestar del multimillonario ruso Roman Abramovich y los negociadores de paz ucranianos que participaron de las negociaciones con Rusia se debió a un factor ambiental, y no a un envenenamiento.
Citando a personas familiarizadas con el asunto, el Wall Street Journal y el medio de investigación Bellingcat informaron que Abramovich y los negociadores sufrieron síntomas que se sospechaba eran de envenenamiento a principios de este mes después de una reunión en Kiev.
El funcionario estadounidense dijo a Reuters: "La inteligencia sugiere que esto fue ambiental", y agregó: "Por ejemplo, no envenenamiento". La fuente, que habló bajo condición de anonimato, se negó a dar más detalles.
El Wall Street Journal había informado que Abramovich, quien aceptó una petición ucraniana para ayudar a negociar el fin de la invasión rusa, y al menos dos altos cargos del equipo ucraniano se habían visto afectados por molestias.
Sus síntomas incluían ojos rojos, lagrimeo constante y doloroso, y descamación de la piel en sus caras y manos, añadió el informe del WSJ.
El diario señaló que Abramovich y los negociadores ucranianos, incluido el legislador tártaro de Crimea Rustem Umerov, han mejorado desde entonces y que sus vidas no corren peligro.
Una persona familiarizada con el asunto confirmó a Reuters el incidente, pero dijo que Abramovich no dejó de trabajar.
El Kremlin ha dicho que Abramovich desempeñó un papel inicial en las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania, pero que el proceso estaba ahora en manos de los equipos negociadores de ambas partes.
Las fuerzas rusas invadieron Ucrania el 24 de febrero en lo que el presidente Vladimir Putin llama una "operación militar especial" para desmilitarizar y "desnazificar" a su vecino. Kiev y Occidente dicen que Putin lanzó una guerra de agresión no provocada.
Por Jonathan Landay, con reporte de Abinaya Vijayaraghavan en Bengaluru; editado en español por Carlos Serrano y Juana Casas.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: