"Cuando sean las 12 de la noche, habrá comenzado el sexto día de operativo policial en los bajos de mi casa, de limitación arbitraria (e ilegal) de movilidad", denunció este miércoles la filóloga y activista cubana Camila Rodríguez, una de las coordinadoras de la plataforma Justicia 11J.
Luego del último interrogatorio que sufriera, el pasado 18 de marzo, donde la retuvieron por varias horas, el cerco en las afueras de su vivienda no ha cesado. Además, contó que los agentes de la Seguridad del Estado, cada vez que decide asomarse al balcón, la acosan y provocan.
"Según me han hecho saber, aquí estaré 'por mucho tiempo', 'diez años'. Tal vez, me tengan siempre como hasta ahora: una patrulla y varias motos, dos patrullas y dos motos, una patrulla y una guagua…. Ya son varias las alineaciones en las que han venido a intentar atemorizar", resaltó en un post en Facebook.
La joven considera que las autoridades buscan de esta forma disuadirla de continuar su labor de acompañamiento a las madres de los manifestantes de julio de 2021 que se encuentran privados de libertad. "Están preocupados por las cercanías, los lazos, que por ocho meses hemos creado en torno al dolor, están intentando que no las acompañe en su camino de denuncias y exigencias", afirmó.
"A pesar de que estamos dentro la casa únicamente dos, en los bajos han mantenido una custodia sumamente desproporcionada: cinco, siete, entre agentes y marianas. Entre los agentes, el mayor Luis, el primer teniente Ernesto, Dennis (Yoel Osmany Argüelles), imponiendo opinión sobre cómo hacer para vigilarme mejor...", señaló.
"Además de todo este despliegue de fuerzas y recursos, para intentar que cese mi acompañamiento, me amenazan con hacerme legalmente responsable de cada actividad que las madres realicen de manera organizada, de los actos de protesta que puedan protagonizar, de cada visita a representación diplomática, de cada acción que, en resumen, lleve al espacio público su grito de 'Libertad'", agregó.
En una situación similar han estado antes la curadora de arte y activista Carolina Barrero, quien permaneció durante seis meses encerrada en su domicilio, al igual que la periodista y activista Iliana Hernández, por un tiempo menor. También de manera más esporádica la periodista Luz Escobas ha sufrido arrestos domiciliarios, que le impiden abandonar su vivienda de forma arbitraria durante varias horas o días.
"Todo parece indicar que aquí me tendrá la Seguridad del Estado hasta que se aburra, o hasta que se percate de que a las madres de julio no le soy imprescindible en las calles, no le soy imprescindible en la casa, al supuesto movimiento de estas madres que dicen que intento crear, no le soy imprescindible en lo absoluto", aseguró.
Rodríguez precisó que son 759 las familias que hoy están sufriendo la represión de los manifestantes del 11J, pero que al mismo tiempo piensan en cómo lograr, por sus vías, "la absolución, la libertad, la amnistía, el perdón, o cualquier fórmula que devuelva a sus hogares la estabilidad que desde julio el Estado les robó".
"Solo quien carece de sentido común desentiende que las madres llevan en sí el dolor más fiero, el más hondo, y que no habrá fuerza capaz de detenerlas cuando se les atraviese la idea de seguir, de no parar, sin importar amenazas, sin importar golpes, sin importar que ellas mismas puedan perder su libertad. Por 19 años, en Cuba, las Damas de Blanco han seguido dando la pelea, y su influencia es tan fuerte, tan poderosa, tan real, que es precisamente a que surjan otras, como ellas, a lo que temen", advirtió.
"Cada día falta menos. La Seguridad del Estado se descuida: mi encierro no solo es síntoma de su propia criminalidad, de su desfachatez, sino también de su propia fragilidad", sostuvo.
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