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Estados Unidos acusó formalmente a Rusia este miércoles de haber cometido crímenes de guerra en la invasión a Ucrania, agravando así la escalada de tensiones entre ambas potencias en medio del conflicto bélico.
"Nuestra evaluación se basa en una cuidadosa revisión de la información disponible de fuentes públicas y de inteligencia", dijo el Secretario de Estado, Antony Blinken, al hacer el anuncio de la decisión. "Al igual que con cualquier presunto delito, un tribunal de justicia con jurisdicción sobre el delito es el responsable en última instancia de determinar la culpabilidad penal en casos concretos".
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El funcionario señaló que el gobierno de Estados Unidos continuará haciendo un seguimiento de las denuncias de crímenes de guerra y compartirá la información que recopile con aliados, socios e instituciones y organizaciones internacionales.
"Nos comprometemos a perseguir la rendición de cuentas utilizando todas las herramientas disponibles, incluidos los procesos penales", expresó el jefe de la diplomacia estadounidense en un comunicado. "Hemos visto numerosos informes creíbles de ataques indiscriminados y ataques dirigidos deliberadamente contra civiles, así como otras atrocidades".
La manifiesta acusación de Washington se produce en un momento crucial de la guerra en Ucrania al cumplirse un mes del inicio de las hostilidades, y en la peor encrucijada de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Rusia desde la época de la Guerra Fría.
El escenario no puede resultar más escabroso. La OTAN está dando pasos para reforzar su presencia en el este europeo, mientras que el presidente Joe Biden se dispone a aumentar la presión sobre Rusia con un nuevo plan de sanciones en un frente común de los aliados.
La acusación de crímenes de guerra y lesa humanidad se produce justamente cuando Biden inicia un viaje por Europa y sostendrá una reunión de emergencia con la OTAN este jueves en Bruselas.
La pasada semana, Biden adelantó explícitamente en paso dado este miércoles por su administración respecto a Rusia. A la pregunta de una periodista en la Casa Blanca, el presidente estadounidense calificó a Vladímir Putin como un "criminal de guerra", luego de justificar la ayuda adicional de $800 millones de dólares a Ucrania, incluyendo armas para la defensa antiaérea y contra los tanques rusos.
El Kremlin rechazó de inmediato la acusación y convocó al embajador de Estados Unidos, John Sullivan, para advertirle que el hecho había llevado la relación bilateral al borde del colapso.
Este miércoles, la relación parece más erosionada aún. El tono del documento emitido por el Departamento de Estado es inequívocamente condenatorio y profundiza las ya marcadas diferencias con el Kremlin.
"Las fuerzas rusas han destruido edificios de apartamentos, escuelas, hospitales, infraestructuras críticas, vehículos civiles, centros comerciales y ambulancias, dejando a miles de civiles inocentes muertos o heridos. Muchos de los lugares que las fuerzas rusas han atacado han sido claramente identificables como de uso civil", indicó la declaración de Blinken.
Blinken argumentó que desde el comienzo de la guerra no provocada e injusta, el presidente ruso Vladimir Putin ha desatado una violencia implacable que ha causado muerte y destrucción en toda Ucrania.
El documento enumera entre los destrozos el hospital de maternidad de Mariúpol y el ataque que golpeó un teatro en esa misma ciudad, claramente marcado con la palabra "дети" -"niños" en ruso- y "con enormes letras visibles desde el cielo".
"Las fuerzas de Putin utilizaron estas mismas tácticas en Grozny, Chechenia, y en Alepo, Siria, donde intensificaron su bombardeo de las ciudades para quebrar la voluntad del pueblo", sostuvo Blinken. "Su intento de hacerlo en Ucrania ha vuelto a conmocionar al mundo y, como ha atestiguado sobriamente el presidente Zelenski, ha bañado al pueblo de Ucrania en sangre y lágrimas".
El anuncio implica un compromiso de Washington para documentar la evidencia criminal contra Rusia por sus acciones bélicas en Ucrania y sumarse a las acciones legales de sus aliados europeos para encausar a los responsables ante el Tribunal Internacional de La Haya y otras instancias judiciales.
La embajadora estadounidense para Asuntos de Justicia Global, Beth Van Schaack, declinó este miércoles mencionar directamente si Putin podría ser juzgado en virtud del derecho internacional, y dijo que todo dependerá de qué tribunal fuera competente.
Para la presentación del caso ante La Haya es necesario una amplia documentación para que el tribunal determine el mérito de la acusación y decida o no aceptarlo.
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